Capítulo 30: Tratos sucios

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Territorio de la federación, Sector 2.

Sistema Ishtar, Colonia Gilgamesh.

Fecha Espacial 26.11.2348.

-Entonces, ¿tienes un pasado con la famosa Alana Kingsley?- Preguntó Mikháil a Kishner.

-¿Nunca te enseñaron que hay cosas que no se preguntan?- Respondió el hombre, sarcástico.

-Vamos, cuéntame.- Insistió el chico, mientras miraba al horizonte, por donde los primeros rayos de luz empezaban a brotar.

-Salí un par de veces con ella, nada importante.- Dijo Kishner, mientras sacaba un pequeño portafolios de la nave en la que habían llegado.

Su transporte era una moderna Örn, una nave ligera, del tamaño de un pequeño camión, muy rápida y considerada de lujo, fabricada por Atlanton, una de las mayores empresas de la República.

-¿Nada importante? No te quise molestar en el camino, pero, vi cómo te miraba esa mujer, no me quieras engañar.- Respondió Jhonson.

-Mira, pasaron cosas que no te voy a contar, pero, básicamente la dejé por unirme a la rebelión, ¿si?- Dijo el hombre, mientras caminaban hacia la entrada de uno de los Hubs más importantes del planeta.

Los Hubs eran estaciones de conexión para Transporte planetario e interplanetario. Había estaciones de tren, vías de acceso terrestre, lanzaderas, e incluso algunos contaban con un elevador orbital.

Sin embargo, el hub de Gilgamesh era modesto en comparación a otros, aunque enorme en extensión. Sus altos muros y sus enormes tragaluces lo hacían ver esplendoroso y moderno, como el resto de los edificios de la ciudad.

-Jamás me has contado por qué decidiste unirte.-

-Te lo contaré en otro momento, ¿si? Ahora tenemos que reunirnos con el contacto que Alana nos dió, así que arregla tu cabello, pareces un imbécil.-

-Sólo está un poco desordenado, cálmate.- Respondió el chico, acomodando sus rizos.

-No sé si lo entiendes, pero con que alguien sospeche de nosotros, esto se va al carajo. Compórtate.- Respondió Kishner, en voz baja, pero visiblemente molesto.

-Vale, vale, pero tranquilízate, o tu terminarás llamando la atención. ¿Con quién nos veremos?- Preguntó el chico.

-No sé cuál es su nombre, pero le llaman Cypher.-

-¿Cypher?-

-Sí. Trabaja en Atlanton, en la división de desarrollo militar.-

-¿Cómo sabes que no es una farsa? Es que, no lo sé, no entiendo por qué alguien que trabaja para el mayor proveedor de naves militares de la República nos ayudaría. Creí que les hacían pruebas de lealtad, o algo así.- Le cuestionó Míkhail, un poco preocupado.

-En primera, baja la voz, imbécil. Y en segunda, no son el mayor proveedor. Producen sólo naves pequeñas, pero eso no es lo que nos interesa.- Respondió Kishner, irritado

-¿Entonces qué nos interesa?-

-¿Alguna vez en la vida pones atención? Nuestro hombre trabaja en desarollo militar, en las armas. Las cosas que se usan cuando quieres matar a alguien, ¿te suenan?- Dijo Kishner, sarcástico.

-¿Siempre eres tan maleducado?- Preguntó Jhonson, levantando las manos.

-Sólo con los imbéciles como tú.-

Míkhail volteó los ojos, y continuó.

-Bueno, no respondiste mi pregunta. ¿Por qué confiamos en él?-

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