Territorio de la federación, Sector 19.
Colonia Camaxtly.
Fecha Espacial 30.11.2348.
La luz de la mañana relucía en los cristales de la cúpula Omega. El cielo exterior resplandecía con un lindo tono amarillo, sin nubes a la vista.
Mientras tanto, al nivel del piso, Grant y Marek caminaban por la explanada principal del asentamiento, pues el capitán había hablado con un representante de VANIR hacía algunas horas.
Pasaron algunos minutos sin novedad, hasta que una persona se les acercó.
—Ahh, teniente Grant, qué gusto recibirlo aquí, en Omega.— Dijo el hombre, ofreciéndole la mano a Grant.
El hombre era un tanto más alto que Grant, sin embargo era mucho más delgado. Estaba vestido casualmente, y caminaba de forma un tanto graciosa.
—Soy Almirante, señor Cruz.— Respondió Grant, amable, mientras estrechaba su mano.
—Discúlpeme, Almirante, no pretendía ofender.— Dijo el hombre apenado, haciendo ademanes con las manos
—No se preocupe, sólo es una aclaración. Usted es con quien me comuniqué por la transmisión, ¿no es cierto?—
—Si señor, soy yo. Edgar Cruz a su servicio, Almirante—
—Un gusto conocerlo en persona, señor Cruz. Me gustaría presentarle al Teniente Marek Mercerón, mi acompañante, y uno de los mejores oficiales que conozco.— Dijo Grant, señalando a su compañero.
—Teniente Mercerón, un placer conocerlo.— Respondió Edgar, extendiéndole la mano a Marek
—El placer es mío.— respondió el chico, estrechando su mano.
—Bueno, señor Cruz, le prometí al señor Mercerón que nos darían un tour por sus instalaciones, ¿cree que sea posible?— Dijo Grant, mientras miraba los imponentes edificios que se extendían por la explanada.
—Sería todo un placer señor, claro que sí. Síganme.— Ordenó el hombre.
Minutos después el grupo estaba varios metros bajo tierra, en una especie de Hyperloop pequeño, encapsulados en un tubo de cristal metálico que permitía ver los enormes hangares de operaciones de VANIR.
Naves de todo tipo, cañones, lanzadores, torretas, motores, reactores y demás sistemas estaban en continuo movimiento dentro del complejo entramado de grúas, rieles de transporte, plataformas móviles y demás aparatos para mover las enormes cargas dentro de los hangares.
—¿Eso es un Rhino?— Preguntó súbitamente Marek, señalando una de las naves que se veían desde el hyperloop.
—Tiene un buen ojo, señor Mercerón. Si, lo es; de uno de nuestros socios dedicados al transporte.— Respondió Cruz amablemente.
—¿Socios?— Inquirió Marek, confundido.
—Bueno, clientes. Nosotros preferimos el término socios para todo aquel que contrate nuestros servicios o compre nuestros productos. También a nuestros proveedores les llamamos socios.— Explicó Cruz.
—¿Qué es eso de allá?— Interrumpió Grant, señalando una figura humanoide aunque sin cabeza, de alrededor de veinte metros de altura.
—¿Ese? Es un Goliath, uno de nuestros más recientes diseños de robot de carga pesada, aunque también puede ser tripulado. Se controla desde una interfaz neural, ya sea desde una habitación de realidad virtual o desde la cabina, justo en lo que sería el pecho del mecha.— Respondió el hombre, señalando su propio cuerpo, a la altura del corazón.
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Semper Vigilant
Science FictionSiglo XXIV. La humanidad ha dejado sus problemas atrás, logrando construir una sociedad próspera, e igualitaria, lanzándose a las estrellas, y encontrando algunas civilizaciones en el camino. Es un futuro brillante, y nada nos podrá detener, ¿o sí...