Capítulo 27: No todos somos tan Afortunados

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Territorio de la federación, Sector 13.

Sistema Ostea, Colonia O113.

Fecha Espacial 23.11.2348.

Las negras nubes llenas de polución que se cernían sobre la vieja colonia del sistema de Ostea oscurecían el atardecer.

Voltion era un pequeño poblado en medio de la nada, que recordaba a los pueblos del viejo oeste. Unas cuantas edificaciones desperdigadas alrededor de una avenida principal, rodeadas de planicies eran todo lo que representaba el nombre.

-Vaya mierda de cielo.- Se lamentó Mikháil Jhonson, mientras miraba hacia arriba.

Llevaba una especie de pasamontañas sobre la cara, y unas gafas protectoras, para evitar los problemas que la alta contaminación del planeta podía acarrear.

-Es horrible realmente. Hace unos años era aún peor.- Le respondió Kishner, bajando de un vehículo similar a una motocicleta, pero sin ruedas.

-¿Todavía peor? Sí que destrozaron a este planeta.- Dijo Jhonson, asombrado.

-Seh. Pero, hey, las armas se tienen que probar en algún lugar.- Dijo Kishner irónico, mientras se ajustaba la tela protectora.

-¿Por eso la polución?- Preguntó Jhonson, mientras caminaba por la desolada calle junto a Kishner.

-Así es. Armas de destrucción masiva, antibuques, bombardeo orbital, misiles, bombas, armas químicas. Todo era probado aquí, hasta que descubrieron yacimientos enormes de iridio.- Dijo Kishner.

-¿Y cómo permiten que haya población civil aquí?- Cuestionó Jhonson.

-Para haber trabajado en la flota, eres un iletrado.- Le espetó Kishner, mientras entraba a la taberna.

El interior de la misma era iluminada con luces de neón (tecnología de hacía más de trescientos años), las cuales titilaban continuamente, que junto con sus tonos rosáceos y azules impedían una iluminación normal.

-¿Me vas a contar o simplemente me dirás que soy un idiota?-Insistió Jhonson.

-Lo que voy a hacer es pedir un maldito trago, ¿Tu quieres algo?-Respondió Kishner, sentándose en una butaca.

-Mientras tu cosa no me deje ciego, aceptaré lo que sea.- Respondió Jhonson, mientras se sentaba al lado.

-Es una preocupación válida. La regeneradora más cercana está a unos... ¿1500 años luz?-

-Vaya planeta de mierda.-

-Así es. Estamos en una de los mayores trozos de mierda dentro de la república.- Dijo Kishner, levantando el vaso que el cantinero le había puesto enfrente.

-¿Qué dices de mi planeta, idiota?- Bramó una profunda voz desde el otro extremo del lugar.

-Que es una mierda. Un gran, apestoso y repugnante trozo de mierda.- Respondió Kishner, tranquilamente, sin siquiera voltear.

-Te sientes con bolas, ¿ah?- Dijo el otro hombre, levantándose de su asiento.

-No me siento, tengo. Y antes de que montes una escenita, díle a Alana que llegó su paquete.- Dijo Kishner, levantando una pequeña caja.

El otro hombre bufó, para después salir de la taberna, no sin antes ponerse una mascarilla y protección para los ojos.

-¿En serio era necesario hacerlos enojar?- Preguntó Jhonson, preocupado.

-Claro que no. Pero es divertido.- Respondió Kishner, bebiendo las últimas gotas del extraño líquido azul que había en su vaso.

-Bueno.- Dijo Jhonson, mientras tomaba su vaso, con la intención de beber de él.

Semper VigilantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora