Doreen estacionó su auto justo afuera de la casa de Matt. Había viajado desde Nottingham hasta Londres para poder contarle a su amigo la confusión que vivía con las cartas que le estaban llegando, al menos esa era su excusa para visitar Hammersmith, en realidad quería visitar la dirección de la cuál venían sus cartas.
Doreen, Matt y Jason, el novio de Matt, estaban sentados en el comedor tomando cada quién una taza de té.
—¿Entonces las cartas siguieron llegando después de tu respuesta? —preguntó Matt.
—Solo dos, respondí a una de ellas.
Jason torció la boca.
—¿No crees que es un poco peligroso responder las cartas de un extraño, Doreen?
Matt asintió, dando a entender que estaba de acuerdo con su novio.
—Pues sí... Pero de verdad me extraña que tome la identidad de Alan... Digo, podría ser alguna clase de roleplay, pero me parece un poco turbio que tenga una dirección definida y que incluso clame que el año sea 1991 y no 2021.
—¿Y haz pensado buscar la dirección en Google? —preguntó Matt. Doreen se acomodó en su asiento.
—Pues no...
—Obviamente. —sonrió su amigo. —Me sorprende que sepas cómo usar el celular, hasta hace poco se le ocurrió abrir una cuenta de instagram. —se dirigió a su novio, Jason rió.
—¿Ah sí? ¿No eres muy fanática de las redes sociales?
Doreen sonrió apenada.
—De la tecnología, en general. —contestó Matt. —¿Cómo haces para vivir sola en Nottingham si ni siquiera usas Google Maps para ubicarte?
—Existen más cosas, idiota. Hay mapas reales.
Matt rió junto con Doreen y Jason, el tema varió hasta que Doreen se despidió. Subió a su coche, lo encendió y manejó sólo unas cuantas calles hasta llegar a la dirección que buscaba. Bajó del coche para buscar el número de la casa y lo encontró. Tocó a la puerta, deseando que nadie abriera, pero lamentablemente alguien sí atendió a su llamada, un hombre de cabello rojizo y con arrugas en su rostro que se escondían detrás de unas gafas de pasta gruesa, esperaba en la puerta. Estaba en bata, probablemente a punto de dormirse, pues ya era tarde, hasta que Doreen lo interrumpió.
—Hola, disculpe, ¿Está Alan en casa? — preguntó Doreen con una leve molestia en su rostro, el hombre la miró confundido.
—¿Perdón? —contestó.
—Verá, me han estado llegando cartas de ésta dirección, firmadas por un tal "Alan", quisiera saber si es usted el que está detrás de todo esto, porque no me parece nada gracioso.
El hombre pelirrojo río incrédulo.
—No sé de que habla, señorita. Ésta casa la compré hace apenas 2 años y no he enviado cartas a nadie desde entonces.
Doreen rió con sarcasmo.
—¿Me está diciendo que usted no escribió las cartas que he recibido? —el hombre negó, frunciendo el rostro. —Señor... —Doreen esperó a que el hombre dijera su nombre, él respondió con "Rhys Johnson" —Señor Rhys Johnson, yo misma respondí a esas cartas. Ésta es la dirección, mire.
Doreen sacó el sobre de una de las cartas, escritas por Alan, del bolso de su sudadera y se la entregó al hombre, también le entregó la carta que contenía el sobre. Rhys Johnson inspeccionó el sobre con cuidado, se acomodó las gafas, comenzó a leer la carta y cuando terminó, por detrás de ellas miró con molestia a Doreen.
—¿Es una broma, verdad?
Doreen se molestó más.
—No habría manejado tres horas desde Nottingham si fuera una broma, Rhys Johnson.
—Señor —hizo hincapié en la palabra y continúo —Rhys Johnson. Mira, ¿Doreen? —ella asintió. —No sé que esperas que te diga. Yo no escribí ésto. Y me parece una burla que vengas hasta acá con una carta, según tú, firmada por Alan Rickman. —él se apoyó contra el marco de la puerta y se retiró las gafas molesto. —No puede ser que ni siquiera después de la muerte dejen descansar al hombre y tanto que él trataba de mantener su vida privada y su hogar en secreto. Dime, ¿No te da pena haber investigado el lugar donde vivía para hacer ésta bromita?
Doreen no contestó, casi sintió quedarse congelada. ¿Éste fue el hogar de Alan Rickman?
—¿Éste fue el hogar de Alan? —se sorprendió a si misma de poder formular la pregunta mental.
—Obviamente niña. Se la compré a su viuda hace dos años.
Doreen simplemente no podía creerlo. Rhys Johnson parecía genuinamente confundido respecto a la carta y si Alan realmente mantenía su hogar en el anonimato... ¿Cómo el troll consiguió enviar las cartas desde allí?
Doreen le arrebató la carta y el sobre a Rhys Johnson de las manos, casi corrió a su auto y arrancó rápidamente en dirección a Nottingham. Mientras conducía, su mente no dejaba de pensar en las palabras de ¿Alan? Parecía no conocer Twitter, parecía no entender el otro concepto de troll, las cartas siempre comenzaban por la fecha, siempre por el año de 1991.
¿Sería que genuinamente, Alan Rickman, el actor fallecido desde hace cinco años le estaba enviando las cartas?
Trataba de deshacerse rápidamente del pensamiento, deseando solamente llegar a su hogar para escribir la próxima carta.
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Words (Alan Rickman)
Fanfiction𝙄𝙩'𝙨 𝙤𝙣𝙡𝙮 𝙬𝙤𝙧𝙙𝙨 𝙖𝙣𝙙 𝙬𝙤𝙧𝙙𝙨 𝙖𝙧𝙚 𝙖𝙡𝙡 𝙄 𝙝𝙖𝙫𝙚 𝙩𝙤 𝙩𝙖𝙠𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙝𝙚𝙖𝙧𝙩 𝙖𝙬𝙖𝙮. Doreen MacFadyen, una chica residente de Nottingham, recibe una carta extraña, firmada por el fallecido actor Alan Rickman. ~ Histori...