¿Por qué demonios hizo eso?
¿Por qué mejor no se quedó con la duda?
Habían pasado ya 15 minutos, minutos que a Alan le parecieron una eternidad, dónde trató de escribir más líneas, todo en vano. Doreen no había contestado.
Se dejó caer al lado de la mesa donde había estado escribiendo. Tal vez habría sido mejor simplemente seguir intercambiando cartas como una amistad.
Alan no contó el tiempo que estuvo lamentándose. Lo único que supo fue que una vez que se levantó notó una hoja de papel ahí.
Necesito tu número de teléfono, quiero probar algo
Alan sintió su corazón detenerse. ¿Podría ser...? ¿Escucharía la voz de Doreen?
Rápidamente tomó la pluma que había dejado sobre la mesa, y anotó el número.
Esperó un par de segundos, su mirada quedó absorta en el papel. Se convirtió en un minuto, en el que casi necesitó sentarse en el sofá para tratar de mantener el equilibrio.
Fue entonces cuando el teléfono sonó. Se paró rápido, aunque cauteloso. Temía que todo fuera solamente un sueño o la llamada con remitente distinto al de la voz que quería escuchar.
—¿Hola? —contestó él.
Los pocos segundos que pasaron, millones de pensamientos ocuparon su mente. ¿Sería ella? ¿Cómo sería su voz? ¿Y si en realidad sólo era una mentira?
—¿Alan? —una voz melosa, casi armoniosa, preguntó por él. Que bien se sentía escuchar su nombre siendo pronunciado por tan delicada voz.
—¿Sí?
—Soy yo. —Escuchó un suspiro del otro lado de la línea—. Doreen MacFadyen.
Alan sonrió de lado a lado.
—Hola, Doreen.
Pudo escuchar como la chica reía.
—Esto es... Increíble. Nunca pensé que podría llegar a escucharte decir mi nombre.
—Puedo decirlo las veces que tú quieras, Doreen.
Alan escuchó un par de risitas más, seguidas de sollozos.
—¿Estás bien? ¿Estás llorando?
—No. —Respondió rápidamente—. Bueno, sí. Disculpa.
—¡Sin disculpas! —Interrumpió Alan, aunque ella pareció no escuchar.
—Es sólo que... Moriste, ¿Sabes? Yo lloré por ti, porque creía que nunca llegaría un día en el que podría verte frente a frente.
Alan escuchó atentamente.
—Y no ha sucedido, claro —continuó ella—, pero, el escribirte, escuchar tu voz ahora... Es como un sueño hecho realidad.
Alan sonrió enternecido.
—De verdad siento que es como si te conociera desde hace mucho tiempo atrás.
—Y yo también. —Alan guardó silencio por un momento, pensando en qué decir—. Cuando vi tu fotografía por primera vez... Te lo dije en la carta... —no podía ser que él, Alan Rickman, renombrado actor de teatro y cine, estuviera trabándose con sus propias palabras—. Es que... Perdón, estoy nervioso, Doreen, no sé qué decirte.
Escuchó una risita de Doreen y el río con ella.
—Mientes.
—¡No! ¡De verdad!

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Words (Alan Rickman)
Fanfic𝙄𝙩'𝙨 𝙤𝙣𝙡𝙮 𝙬𝙤𝙧𝙙𝙨 𝙖𝙣𝙙 𝙬𝙤𝙧𝙙𝙨 𝙖𝙧𝙚 𝙖𝙡𝙡 𝙄 𝙝𝙖𝙫𝙚 𝙩𝙤 𝙩𝙖𝙠𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙝𝙚𝙖𝙧𝙩 𝙖𝙬𝙖𝙮. Doreen MacFadyen, una chica residente de Nottingham, recibe una carta extraña, firmada por el fallecido actor Alan Rickman. ~ Histori...