VIII. Alan

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Alan leía con diversión la carta de Doreen. La chica tenía algo en su manera de escribir que lo dejaba interesado y con ganas de más.

La leyó varias veces, mientras esperaba en la sala del comedor, antes de que Rima de la habitación que compartían. Estaba completamente vestida con ropa de exterior, a pesar de que eran las 9 de la mañana, algo temprano para salir en un domingo.

—¿Ya te vas? —preguntó Alan cuando ella entró a la cocina para tomar una botella de Yogurt bebible.

Rima asintió.

—Iré a casa de mi hermana, ayer me llamó al trabajo y me dijo que tenía un asunto pendiente, no sé de qué se trate pero ya sabes... Tengo que ayudar.

Alan asintió.

—¿Qué lees? —dijo mientras se acercaba a él, al notar la hoja en sus manos. Él rápidamente trató de esconderla en su regazo para que ella no viera lo que la carta decía.

¿Cuál sería su reacción al saber el contenido de la carta? De seguro se preocuparía por la salud mental de él y querría llevarlo a un hospital psiquiátrico.

—Ah, es una carta de Ruby, te manda saludos.

Rima sonrió.

—Si le escribes, devuélvele los saludos de mi parte.

Alan asintió. Ella se despidió y salió de la cocina, para pronto después, Alan escuchar la puerta principal abrirse y cerrarse, señal de que ya se había marchado. Ni siquiera le dió un abrazo de despedida. Mucho menos un abrazo. ¿Sería algo que él estaba haciendo? ¿O simplemente ya se había cansado de él?

Supo que tenía que escribir su respuesta a la carta inmediatamente, para despejar su mente.

Domingo 19 de mayo.

Querida Doreen:

No tengo idea de cuál sea la hora en donde vives, supondré que la misma, así que, buenos días. Y en caso de que sea otra hora o la leas después, buenas tardes y buenas noches.

Me parece muy interesante lo que me cuentas de Netflix y las demás plataformas (tuve que verificar dos veces como se escribía), y me parece un poco triste lo del ¿COVID? ¿Cómo sucedió todo eso, por cierto?

Quería preguntarte también, que tan relevante es el teatro en tus tiempos. Y en sí, saber más de tu vida y de tu época.

Mi rutina no es del todo interesante, desde mi punto de vista, despierto, desayuno, tomo una ducha y después hago cualquier cosa que tenga que hacer. Usualmente visito a mis amigos o hay cenas donde nos reunimos todos. Todos son muy buenas personas, tambíen son actores y muy talentosos. Recientemente terminé de filmar Robin Hood, aunque, ¿Supongo que ya lo sabías? Debido a que me enviaste una fotografía mía caracterizado del Sheriff. Terminé otras dos también: Closet Land y Close my eyes. La primera se estrenó en Marzo, aunque tuvo pésima recepción (una pena porque realmente me parece una película única) y la segunda se estrenará dentro de poco.

¿Que tan bueno es el cine en tus tiempos? ¿Te gusta la cinematografia? ¿Qué opinas del arte?

Te mando un abrazo y mis más sinceros saludos.

Alan.

Después de terminar la carta salió rápidamente a depositarla en el buzón y esperó. Jonathan lo había invitado a almorzar, junto a sus demás amigos pero realmente no se sentía con ganas de ir. Quería quedarse en casa y probablemente intercambiar cartas por más tiempo con Doreen, así que llamó a Jonathan, le comunicó que no asistiría al almuerzo, y se quedó en casa, esperando la respuesta de la chica.

Las horas pasaron. Pronto fueron las 5 de la tarde, Alan descansaba en el sofá, esperando la carta de la chica. ¿Le habría pasado algo? Esperaba que no.

9:00 PM. Aún sin cartas de Doreen.

Rima llegó, 10:30 PM, reprendió a Alan por haber dormido en el sillón en lugar de en su habitación. Alan miró rápidamente por la ventana, a ver si parecía haber algo nuevo en el buzón. Nada.

Recordó que las últimas cartas de Doreen habían aparecido dentro de su casa y comenzó a buscar, con la excusa de que había perdido apuntes de teatro. A Rima no le pareció sospechoso así que dejó a Alan buscar en paz.

Alan se acostó unos cuantos minutos después de medianoche. Doreen no había enviado carta. ¿Diría algo que la incomodó? Imposible, ¿Cierto? Lo único que había hecho era escribir con cortesía y amabilidad, esperaba que se notara en sus palabras y que la chica también lo notara. ¿Entonces por qué no respondió?

Pensó y, trató de reprimirlo, pero se convenció a sí mismo de que, tal vez, Doreen nunca había existido y que todo era algún tipo de broma de los medios. Ya esperaba ver los encabezados de los periódicos y las secciones de espectáculos burlándose de él.

Words (Alan Rickman) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora