Words (Alan Rickman)

I. Doreen

Letras, palabras, frases, textos, textos que forman libros, guiones, cartas, textos que, desde siglos atrás han acompañado a la humanidad, contando su historia, su progreso, sus ganas de escapar de la realidad. Textos cuyas palabras han enriquecido, calmado, preocupado e incluso enamorado al ser que las lee. Palabras que causan conmociones, turbulencias y confusiones en la mente humana y en los sentimientos. ¿No es increíble como un par de palabras son capaces de hacer que el corazón humano lata más rápido o más lento?

Doreen MacFadyen, una chica de 25 años y de ascendencia escocesa que en el año 2020 se había mudado cerca de Nottingham para probar suerte con varias editoriales y por fin publicar sus libros, sabía perfectamente las consecuencias que las palabras podían causar. Recién graduada con una licenciatura en letras, su máxima pasión era causar emociones en las personas, las conociera o no. Por eso mismo sabía perfectamente el concepto de las apps dedicadas a hacer pen-pals, o conocidos en español como amigos por correspondencia. Claro que la correspondencia física se había acabado y ahora eran solamente mensajes electrónicos sobre gente de Estados Unidos, México, Turquía, Ucrania, India, Lituania, entre otros cuantos países, cuyas palabras alababan las palabras de ella. Doreen había incursionado en las apps de correspondencia para pedirle a extranjeros opiniones sobre sus escritos, de esa manera sabría que podría tener éxito en los países extranjeros si sus libros se publicaban ¿Verdad?

Aún así, se había quedado con las ganas de recibir una carta en físico, como sus padres mencionaban, lamentablemente, Doreen había nacido a finales del siglo XX, cuando la tecnología casi erradicaba la correspondencia física.

No fue hasta un día de mayo, cuando regresaba de las compras que recibió una carta que, en efecto, causó demasiadas emociones en su ser:

Lunes, 13 de mayo de 1991.

Querida Ruby,

¡Muchísimas gracias por ayudarme a arreglar ese horrible guión que me habían dado! Las improvisaciones han causado demasiadas risas en el set (no le había avisado a nadie, solamente a Kevin Reynolds, quién me dió su autorización para cambiar el guión) por las inesperadas líneas. Espero que con estos cambios la película pueda ser un éxito. Me he divertido mucho pateando puertas y gritándole a la gente, creo que puedo considerar ésto de volverme un degenerado con la gente.

Perdóname mucho que no te dé las gracias en  persona. A pesar de que me encuentro filmando en Inglaterra, casi no he tenido tiempo libre, pero prometo que pronto iré a visitarte a ti, a Ed, a Max y a Madeline, dales mis saludos por favor.

Abrazos y besos de tu amigo,

Alan Rickman.

Doreen había tenido que leer la carta varias veces.

¿Qué clase de mente retorcida se atrevía a hacer este tipo de broma? Doreen sabía perfectamente que Alan Rickman, el aclamado intérprete de Severus Snape y a quien una vez tuvo la fortuna de ver en el teatro durante un viaje que tuvo a Nueva York con su familia, había muerto hace 5 años. Definitivamente el remitente de la carta, fuera quien fuera, sabía que ella era una fan empedernida del actor, que incluso había llorado su muerte hace 5 años.

Doreen, qué estaba leyendo la carta aún con la bolsa de compras en la mano, dejó la bolsa en el piso, se dirigió a su pequeño escritorio y comenzó a escribir enojada.

Querido quien demonios seas:

Ja, ja, ja. Muy graciosa tu bromita. ¿Quién eres? ¿Daniel? ¿Matt? Quiero que sepas que si eres Daniel, mamá y papá sabrán de esto. Ya estás algo grandecito para hacer bromas de este tipo. Y si eres Matt, quiero que sepas que patearé tu trasero hasta que no puedas caminar en cuanto te vea.