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𝐢𝐝𝐲𝐥𝐥𝐚 ;
Mis ojos se abren lentamente debido a que cierto can, que se atrevió a dormirse conmigo, se encuentra lamiendo mi rostro para conseguir despertarme. Lo hago a un lado sin lastimarlo para limpiar mi rostro, lleno de saliva, con la cobija. Alzo mi rostro para encontrarme con mi habitación; esa habitación que llena mis recuerdos de felicidad y otros de tristeza, una habitación que siempre estará entre mis recuerdos. Sacudo mi cabeza y me levanto, aún el sol no se atreve a salir, pero el alba de la mañana ya esta presente.
Me levanto de mi cama junto con Heen, el can tan pronto que abrí la puerta de mi alcoba salió corriendo como si su vida dependiera de ello, la razón, por el fuerte olor a comida que muy seguro proviene de la cocina. Ante eso sólo me río y me doy la vuelta para comenzar arreglarme. Ahora que estoy aquí ya no podría vestirme de la misma manera como la hacía en el castillo, al estar aquí debo vestir de mejor manera y con algunas joyas. De cierta manera no me molesta, llega veces a ser agradable verme elegante, me gusta sentirme hermosa.
Mientras eligió que voy a ponerme, Isabella, la ama de llaves y dama de compañía de mi madre, entra a mi habitación junto con otra mujer. Ellas al verme abre muy bien sus ojos y pesteñea en repetidas veces, como si lo que viera no fuera cierto o estaba alucinando.
━━ ¿Señorita Idylla? ━━ tartamudea la mujer mayor.
━━ ¿Sucede algo?
━━ No… Bueno, es que usted nunca se levanta temprano
━━ Ah
Gracias a estar viviendo y trabajando en el castillo se volvió una costumbre levantarme temprano para comenzar los deberes del castillo y el desayuno para ambos varones, Howl y Michael, así que levantarme temprano dejo de ser un problema.
━━ La ayudaremos, señorita ━━ habló la otra mujer, caminando a mi lado buscando en el armario.
Dentro de dicho armario se encuentra repleto de vestidos, demasiados a mi parecer, los cuales sólo me he puesto una sola vez. Las palabras de mi madre es que es de muy mal justo ponerse un vestido el cual ya lo usaste para hacer algo o presentarse con alguien, esa razón era la suficiente para tener muchos más.
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