5 | Débil y llorón.

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La puerta se cerró. La pared junto a la entrada fue de nuevo el sostén, en la espalda del rubio, con el castaño parándose frente a él sin dejar sus labios.

Las manos de Eren viajaron desde la espalda baja del ojiazul, hasta la hebilla de su pantalón, recorriendo las caderas con sus dedos por debajo de la camisa del otro.

Armin sentía los toques, ocasionándole sensaciones en su vientre, con sus manos en la nuca del alto, evitando el espacio. Los chasquidos de sus bocas salían, el sabor en su saliva se sentía, con las vagas exhalaciones que daban de vez en cuando.

-¿Quieres que te ayude? -murmuró el castaño, acariciando la entrepierna del rubio por sobre el pantalón de mezclilla.

Arlert se estremeció al sentir los leves círculos.

-Estamos en un salón... -replicó el rubio, soportando un jadeo ante los suaves toques en su bulto.

Ignorando el comentario, sólo volvieron a jugar con sus labios unos segundos.

El bajito raspó su garganta, cuando su amigo dio un ligero apretón a su miembro. Aquello ocasionó que se afianzara más al cuello del alto, cerrando sus ojos con fuerza.

El castaño se separó con rapidez, mirando la carita del ojiazul con rastros de deseo.

-Es cierto -habló-, no podrías callarte. Eres ruidoso. -Lo tomó de la quijada sin cuidado alguno, clavando un beso rápido para bajar por la extensión de su cuello.

Arlert soltó una risa-: No lo soy.

-Ese día en la fiesta fue diferente a lo que dices. -Mordió con suavidad la caliente piel recordándole lo mucho que rogaba.

-¿No sabes lo que es actuar? -Lo alejó, enterrando sus dedos en el moño de cabello de Jaeger para jalarlo hacia atrás, poniendo escasa distancia entre ambos-. Soy un excelente actor, ¿sabes? -provocó en un susurro, mirando las pupilas tan dilatadas como las suyas, sin ser consciente de ello.

El más alto lo tomó de la muñeca, haciendo que soltara su cabellera. Al segundo, pegó la mano del ojiazul en la pared detrás, apresándola con dureza.

-¿Quieres probarlo? -balbuceó Eren, sobre los labios del otro, apegando el cuerpo ajeno contra el de él, al tomarlo de las caderas.

-Pruébame -retó, dándole una sonrisa burlona.

Se iba a arrepentir. Armin se iba a arrepentir de haber dicho eso y de eso se encargaría Eren.

Le sonrió de vuelta, dando un último mordisco a esos abultados belfos, mientras que sus manos desprendían el botón de su pantalón.

Se apartó, inclinándose para ponerse de rodillas, sin quitar sus pupilas de los azulejos del otro. Bajó el cierre y continuó, hasta tener el miembro erecto en sus manos. El toque en su piel desnuda hizo a Armin suspirar, colocando sus manos en los hombros del moreno.

Eren bajó y subió por la extensión de Arlert, sintiendo los dedos aferrarse a él. Bajó hasta los testículos, acariciando con lentitud.

Sonrió, al ver el gesto en la cara del rubio: sus ojos cerrados y su ceño frunciéndose.

Ya. Lo haría gemir un rato.

Metió la punta a su boca, acariciando con su arete la piel expuesta. Así de rápido como lo hizo, comenzó a succionar un poco, escuchando los tenues ruidos salir de la boca del ojiazul. Pronto, se encontraba hundiéndose en el miembro, metiéndolo lo más que podía y sacándolo de su boca.

Armin dejó salir un gemido, sintiendo el gozo de aquella acción. La calidez y la humedad de la cavidad bucal del otro, junto al jugueteo de la joya en la lengua, lo hacían hundirse en malditas sensaciones de éxtasis total. Lo estaba disfrutando. Mierda que lo estaba disfrutando tan bien.

Party! || EreminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora