Capítulo 4

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Capítulo 4: Cassie

Narra Melina

—¿A quién esperas? —papá me mira de pies a cabeza, debe estar cuestionándose por como voy vestida.

— A unos amigos — la idea de que salgamos todos no me gustó mucho, quería estar sola con Johnny —. Viene Emily y Chloe.

— Un día quedarás calva de tanto alisarte el cabello.

No le presté atención, siempre quejándose de lo mismo. Pasé la plancha para finalizar el alisado hasta que en mitad de mi cabeza sentí que la temperatura fue bajando, me doy vuelta para comprobar si seguía enchufada pero me encuentro con papá y el cable en sus manos.

—¡Papá que haces! — le regañé divertida, extrañaba estos momentos con el viejo loco de mi padre.

—Ahorro energía —salió de mi habitación tarareando una canción de su época.

Menos mal que ya había terminado. Me vi en el espejo y estaba totalmente lista, sólo me queda esperar a que vinieran por mí, miro el reloj de mano y faltaban unos minu...

—¡Melina tus amigos están aquí! —grita papá desde la planta de abajo.

Bajé los escalones de dos en dos y me despedí de papá con un abrazo.

— La quiero aquí antes de las diez, ¿oyeron? —Advierte mi padre.

— ¡Papá! —grité sonrojándome ante la mirada de los tres chicos y me solté de su agarre.

— No es cierto —sonrió fingidamente. —Jeremy cuida a mi bebé.

A papá no le agradó mucho la idea de que saliera con hombres, siempre con la desconfianza. Esperen... ¿Jeremy?

— Por supuesto señor Sanders.

Papá quedó mirando por unos largos segundos a Jeremy si no fuera porque me puse enfrente de él, seguiría intimidándolo.

— Bueno papá nos vemos luego adiós.

Lo empujé hacía dentro de la casa y cerré. ¿Por qué es así?

— Sí, muuuuy sobre protector. —Dije sonrojándome.

— No te preocupes, estamos acostumbrados a pasar por esto — respondió Franco que por cierto recibió un leve golpe en la parte trasera de su cabeza por parte de Jeremy haciéndome reír.

—Ya no más retraso, andando, suban al auto — apuró Jeremy subiéndose al asiento piloto.

—Hola Johnny — me quedé hipnotizada ante sus fuertes ojos azules.

—Dime John —sonrió por primera vez desde que llegó a la entrada de mi casa y ahí fue cuando miré hacia el suelo.

—Vamos Johnny que mi prima y la amargada se van a molestar.

John rodó los ojos, nos acercamos al auto abriendo la puerta trasera, dejó que pasara yo primero y luego se acomodó a mi lado. Íbamos todos en un silencio realmente incómodo, ni la música de la radio mataba la tensión. Miré a John de reojo y vi como observaba por la ventana a las personas que pasaban. Quería decirle algo, preguntarle qué había hecho en la semana o cualquier otra cosa pero la llamada entrante de un teléfono me interrumpió.

—Mierda, es el mío — maldice Jeremy aún mirando la pista y sin soltar una mano del manubrio —. Franco mi teléfono está en la guantera, sácalo y ve quien es, pero no contestes.

Franco que iba de copiloto hizo lo que le pidió Jeremy.

—Hermano, no querrás contestar — se burló Franco mientras el teléfono seguía sonando.

Me enamoré por error ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora