Amistad

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Todas las imágenes que pondré no son mías, crédito a sus respectivos autores.

Narra Samael.

Al llegar a mi habitación pude observar como todo estaba tan bien acomodado, seguro mi anterior sirviente antes de irse levanto las cosas, ese tipo era agradable a pesar de trabajar como esclavo para mí.

Suspire y me lance a mi cama con un libro en mano llamado "Reglas para ser un caballero" mientras lo leía, pude ver qué tenía que ser bastante considerado con las mujeres o princesas, al igual que debo dar un poco de mi riqueza.

-Tendre que saltarme este paso -pase de hoja y en esta tenía que rescatar a alguna princesa de alguien que la quiere para lo que sea - soy pequeño pero podría demostrarle a mi padre que esté paso puedo hacerlo -dije con una sonrisa- aunque nunca eh peleado con una persona a golpes y esto implica matar a alguien también -lleve una mano a mi barbilla pensando, hasta que se me ocurrió quién- ¡Argía!

Al momento de gritar el nombre de ese bicho tardo un minuto en venir y se le veía aún sonríente.

En serio me da miedo.

-¿Si mi alteza? -hizo una reverencia- ¿Que necesita?

-Debes tomar 2 espadas de dónde trabaja mi padre y te veo atrás de casa-le sonreí, el también lo hizo pero fue más bien una sonrisa de confusión- ¿Que haces aún aquí? ¡Largo! -exclamo y veo como el se va.

Esto no puede estar tan perfecto, lo mataré accidentalmente y no tendré que aguantarlo, soy un genio.

Narra Gabriel (El día que llegó Argía)

Después de dejarle en claro a mi "hermano" que puedo hacerlo un asco en segundos me retire a ver que quería mi padre de Samael, observe a un pueblerino sonríente, es raro los esclavos mayormente ya no tienen nada de felicidad o algo así pero el se ve bastante feliz. Observándolo más detallamente... ¡Ja! Samael va a hacer berrinche solo por su color de piel, vaya que es un Principe caprichoso y berrinchudo.

Al final ellos 2 caminaron arriba, me fui de ahí por lo que ya no pude escucharlos. Saliendo de mi cuarto pude observar el como Samael se veía bastante molesto, tan rápido como Samael entro a su cuarto fui a buscar a aquel chico, por suerte no había ido lejos y estaba esperando en la sala principal.

-Hola, eres el nuevo sirviente de Samael ¿Verdad? -le sonreí y extendí mi mano hacia el- Gabriel

-Argía, es un gusto -me sonrió, vaya dientes más puntiagudos- ¿y podría decirme quién es en si?

-Verás soy el bastardo de esta familia pero a la vez un arma mortal -le sonreí se veía confundido- no puedo decirte o terminarás muerto -dicho eso el solo se rió, no tiene una mala risa, es bastante linda a decir verdad.

-Bueno al parecer a tu "hermano" no le gusta que esté cerca de el, pero igual su padre me ordenó el obedecerlo y eso haré -dijo en tono divertido.

-¿Sabes? A pesar de que seas alguien del pueblo eres muy agradable a decir verdad -vi que mi mano seguía estirada, es un poco raro-me acerqué a él y note que se alejó- ¿hay algún problema?

-No, para nada solo no me gusta que me toquen -dijo algo apenado y miro a otro lado, viendo un cuadro de Samael jugando con una niña.

-La niña se llama Lilith, es linda ¿No? Y pensar que ya creció y es hermosa -lo mire sonríente.

-Claro que si, sabía de la existencia de la princesa Lilith pero jamás la vi cuando era una infante, es linda -le sonrió a la pintura y tomo un poco el marco de oro.

-Aunque a Samael no le guste tú y yo podríamos ser amigos, igual no sería malo, después de todo, soy el bastardo.

Estábamos riendo hasta que se escuchó a Samael hablándole a Argía, maldita sea, arruinas todo lo que amo, hasta mi momento de socializar.

-Nos veremos después querido amigo -alce la mano en forma de despedida y se fue.

Narra Argía

No se si este bien el tomar las cosas del padre de mi amo, me pone nervioso el hecho de que el príncipe me culpe de perderlas o algo así y me échen a las horribles calles del pueblo, son aterradoras, más el hecho de asesinatos... Mire donde me encontraba y justo había demasiadas espadas, solo tome 2 y suspiré.

Giré mi mirada y note un espejo, me acerque a él y vi todo mi cuerpo, se suponía que el príncipe me diría donde está el cuarto donde está mi ropa de sirviente y me dijo que yo buscará ese cuarto pero por más que busque no encontré donde estaba, acaricie mi cabello y mire mis ojos, no me gusta su color pero llama mucho la atención. Aquí el hecho de que tengas ojos rojos te vuelve automáticamente en brujo o bruja.

Salí de ahí y me dirijo a dónde dijo el príncipe, estaba arriba de su caballo, podría decir que parecía todo un rey pero, no es ni la mitad de eso, me acerque a él y rápidamente me miró con cara de asco.

-Tardaste demasiado ¿No lo crees? -hizo un poco para atrás a él caballo.

-Lo se señor y no se volverá a repetir -le di las espadas- ¿para que las necesita? Si se puede saber.

-Tu me ayudarás -me sonrió de manera perturbadora- toma a esa Mula, vamos a combatir.

¡Este loco planea matarme! ¿Ahora como escapo de esto? Aunque siendo sinceros prefiero morir a estar de nuevo en las calles.

No digo nada más, camino a la mula que se ve notablemente vieja y que no soportaría el peso de todo lo que se carga el príncipe, me las ingenio para tomar la espada, pesa demasiado y más con solo una mano, suspiro.

-¿Listo? -aun me sonríe así y trago saliva asintiendo- ¡Vamos!

Empezamos a cabalgar y el miedo me invade, quiero huir pero el príncipe podría quejarse, el se aproximó hacia mí y por un acto de cobardía me lance al otro lado, la mula corrió y esquivo a él príncipe, pero a mí me dio el mango de la espada y no supe nada de ahí.

Narra Gabriel

Tan pronto vi que Argía estaba inconsciente corrí a toda velocidad a verlo, después de todo era el único que por el momento sentía que no me rechazaba, vi a Samael tenía una cara victoriosa.

-¿Esta muerto? Dime qué si -me vio esperando respuesta- ya dime bastardo

-No es lo que esperas "principe" el está inconsciente... ¡Tu! -lo señalé- suena como si fuera un niño pequeño pero le diré a padre lo que hiciste -sus ojos tenían algo de miedo aunque se mostrará serio- iré a atenderlo Samael.

Me fui con Argía en brazos, lo lleve a mi cuarto y busque la forma de bajarle la hinchazón, pero no sabía nada sobre curaciónes, rendido me acosté al lado de Argía y lo observe de cerca, su cabello parece suave y tiene pinta de un gran hombre que podría conquistar a cualquier mujer con solo sonreír, mire su cuerpo y era delgado, tal vez demasiado, pero mis ojos de posaron en su pequeña cintura, la acaricie un poco con mis dedos... Sonara como si fuera un enfermo pero quiero acariciar la piel de Argía solo para ver qué tan suave es.

Lo abrace poniéndome atrás de él, apesar de estar sucio olía bien, acaricie su rostro y era bastante suave al igual que sus labios... ¿Por qué me comportó así? Sea como sea tal vez su cabello también sea suave o huela bien.

Fin del capitulo

Perdonen las faltas de ortografía :'c

Perfecto ~Alastor × Lucifer~ (Primera Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora