Dudas

575 54 11
                                    

Narra Argía

Me encontraba en un bosque, al parecer era de noche y no había nada de ruido, se sentía una gran tranquilidad pero... Todo se esfumó cuando escucho varios susurros en todos lados, me levanté y corrí por el bosque, sentía que el aire me faltaba y me detuve, jadeo con frecuencia, no se que podría estar acechandome.

-¿No comprendes Argía? Tu siempre fuiste el del problema, has causado tanta muerte y destrucción -susurro una voz rasposa de una mujer- ¿No recuerdas el daño que has hecho a tus 16 años de vida? -la mujer comenzó a reír como loca y sentí con golpe en la espalda.

-¡Ahg! ¿¡Quién demonios eres!? -caí al suelo y sentí un horrible dolor.

-¿En serio aún tienes esa duda? Eres más estúpido de lo que pienso -volvio a reír- sigue descubriendo lo hasta la verdad Argía.

Desperté de golpe con la respiración agitada, tantas preguntas giraban por mi cabeza, ¿Yo que hice? ¿Destrucción? Y ¿Que debo descubrir yo?

Suspire y vi mi ventana, aún no se veía ni un rayo de sol, aún así debería levantarme para prepararme, no se cuando Samael necesitará de mí, si es que me llama.

Me levanté y fui a ver dónde quedaba mi ropa, según yo en mi guarda ropa no habría nada, pero estaba equivocado, al parecer alguien había traído mi ropa de trabajo aquí, que agradable.

Me vestí con ese traje, me peine el cabello hacía atrás y me puse los guantes blancos que hacían conjunto con toda mi ropa, me mire por el espejo y se me veía bastante bien a decir verdad, ignorando mis ojos seguí admirandome en el espejo, ¿Como no enamoraba una chica?

Abrí la puerta dispuesto a salir, encontrandome con aquel a que debo obedecer, si Samael.

-¿No crees que es muy temprano Argía? -fruncio el ceño y espero mi respuesta.

-Yo pensé que podría necesitar de mi a estas horas mi príncipe, haré lo que sea por usted

-Muerete -dijo con una sonrisa burlona- ¿Podrías?

-Menos eso -lo mire algo molestó- ¿Algo más? -me acerque a él.

-Si sirves de algo, hazme el desayuno ahora, me levanté por qué tenía hambre -lo miré- ¿Que demonios esperas, quieres que se lo diga a mi padre?

-No, iré ya Principe aunque le diré algo y es que yo no soy el cocinero -fui rápido a hacer lo que dijo, su padre me daba miedo por como es que tiene contactó físico conmigo es... Desagradable y me doy asco cada vez que lo recuerdo.

Al llegar a la cocina vi lo que había, carne, huevos y al parecer unas verduras, tengo una idea pero no sé que cosas le gustan y cuáles no, un momento ¿Solo tienen esto?

Estaba impresionado, nunca pensé que los magne solo tuvieran ésto, aunque no debería meterme. Agarre las cosas y las empecé a cocinar, haciendo un huevo con carne al lado y zanahorias, no es el mejor pero sabrá delicioso, es un hecho.

-¡Principe magne! -grite pero no hubo respuesta- Samael no me hagas esperar más de lo que quiero, bastante tengo con como convives conmigo, ¿Eh? -senti unas manos en mi cintura, girandome al instante y observando. Espera, ¿¡Samael!?

-¿Tanto te molestó pequeño? -puso su cara por abajo de mí cuello, y lamió un poco- quiero desayunar otra cosa y tú lo serás Argía -se notaba desesperación y excitación en su voz, algo que me asusto bastante.

-¡Aléjate Samael! -grite soltandome.

Volteé hacia la entrada de la cocina solo para encontrarme con Samael, mirándome raro y confundido.

-Ya decía yo que estabas loco Argía, ¿ya tienes mi desayuno? ¿Oh hasta para eso eres un esclavo inútil? -me sonrió lleno de orgullo y se sentó- deberías apúrarte o le diré a mi padre que no estás haciendo bien tu trabajo Argía.

-Voy ya su majestad -mi voz se notaba tímida y a la vez llena de rabia, tome el plato y se lo entregue delante de el poniéndole la servilleta atrás de su cuello- provecho príncipe Samael.

-Eres un esclavo de cuarta Argía, esto sabrá horrible, digo no es como que hayas tenido comida como para cocinar -me sonrió aún más, es un pedazo de mierda este tipo, lo mire algo enfurecido y probó todo a la vez- nunca viste esto ¿Entendido? -confundido asentí y comenzó a comer cada vez más rápido.

-Creí que sabría horrible su majestad -le sonreí victorioso y burlón.

-Dije que tú no viste nada -se limpio con la servilleta y se levantó- aunque esto no demuestra que ahora me agradaras desde hoy, y te lo diré cada vez que tenga oportunidad, eres un pueblerino pobre que es bastante estúpido y además de color, esas personas me repugnan.

-Si si, ya te escuché príncipe magne, eres fabuloso y todos te lamen las botas especialmente las personas de otro color, ya te vimos -aun sonreía, este tipo a pesar de su poder no me doblegare, soy todo un hombre como para dejar que me hagan esto.

-¿Quieres jugar? -se acercó a mi amenazante.

-No me interesa en lo absoluto... -hice lo mismo- seré delgado pero no me dejaré ganar por alguien más bajo que yo -me burlé.

-Y yo no seré la burla de alguien como tú -chocamos frentes, listos para pelear, si no fuera por una interrupción.

-¡Buenos días! -escuche a Gabriel y me aleje de Samael inmediatamente, me hubiera gustado dejar que su padre lo golpeara pero hey, después yo tengo que curarlo y él no la hace fácil.

-Eres un cobarde Argía -susurro y fue a supongo yo la biblioteca, tan pronto Samael se fue Gabriel entro a la cocina bastante feliz a decir verdad.

-Oh Argía, amigo ¿Tú estás haciendo el desayuno? Por qué ahora mismo puedo llamar a la cocinera para que tú no huelas a comida -dijo sonando bastante amable y tranquilo- dime qué quieres y te lo daré Argía, en serio.

-No necesito nada y si quieres puedes llamarla, no me interesa Gabriel - lo mire directamente a los ojos.

-¡Claro! Iré por ella, ahora vuelvo Argía -sonrojado me guiño el ojo y se fue a buscar a la mujer que cocina

Vi a todos lados, no sabía que hacer, seguro Samael no me llamara a menos que le urga, suspire ¿Este trabajo es difícil? Mi mente se quedó en blanco algunos segundos, todo estaba en silencio, pero no fue por mucho tiempo.

-¡Argía! -me miro de pies a cabeza el señor magne mordiéndose el labio- que bueno que te arreglaste, hoy vendrá la princesa Liz, si tuvieras otra cosa podría yo darte algo pero hasta tu ropa de trabajo te queda bien Argía -me sonrió de manera coqueta.

-Gracias señor magne -vi la ventana ocultando la emoción de que vendrá la hermosa princesa Liz aquí, la conoceré, es genial ¿No?

Fin del capitulo

Perfecto ~Alastor × Lucifer~ (Primera Temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora