Narra Samael
Fue un grave error el haber hecho eso, ¿Cómo se me pudo olvidar el bastardo de Gabriel? Maldición ahora no se que hacer, me acusara con mi padre y eso es, para mí desgracia inevitable, me estresa todo ésto. Un momento, ¿significa que Argía ahora será protegido por Gabriel? ¿Tengo que aguantar el que Argía este conmigo?
Suspire pensando en que hacer antes de que llegara mi padre, igual podrían sacar a aquel chico si el no está a mi lado en todo momento, aún así me llevaré un castigo. Entró a casa y siento a alguien atrás de mi.
Narra Gabriel
No puedo evitar el tocarlo, ¿Esto hacen los amigos no? Solo es explorar a mi amigo, vamos no es para tanto.
Lo abrazo pegándolo mucho más a mi, se siente que está frío pero aún escuchó los latidos de su corazón, podría yo brindarle todo el calor que el necesita.
Me separó cuando siento que se mueve, no quiero que mal interprete algo mi amigo, me da curiosidad el como a mi padre se le hizo tan fácil traerlo aquí, puesto que mi padre siempre escogería a alguien que estuviera en mejores condiciones que Argía.
-¿No estoy muerto?-pregunta sobándose la cabeza.
-Por suerte solo te desmayaste Argía -le sonrió- te mostraré el cuarto de ropa, ¿Sabes cocinar?
-Por supuesto -se levanta tambaleandose un poco, lo mire preocupado y me acerque a el- no te preocupes por mí, ya se me pasó
Caminamos por todo el pasillo y subimos otras escaleras, doblamos la derecha llegando a la ropa de sirviente, no es la gran cosa solo es un traje un poco elegante color blanco y rojo, Argía toma la prenda con una clase de brillo en los ojos resaltando aún más sus ojos.
-Argía, ¿Estás bien? -lo veo sonríente.
-Me gusta el uniforme, ¿Puedes voltearte? -asiento y hago caso a su petición.
Aunque me gustaría ver más allá de tu cuerpo Argía.
-Listo -volteo y lo veo de pies a cabeza, si se pusiera las cosas del rey o un costal de papas se seguiría viendo igual de bien- me gusta como se ve -sigue sonriendo.
-Deberiamos ir abajo a ver si hay algo de comer ¿No lo crees Argía?
-Como guste Gabriel, solamente que debemos recordar que aún que esté contigo trabajo -asiento y caminamos a dónde está la cocina.
No se que sucede conmigo, se siente extraño estar cerca de este chico, no se si alguien más lo sienta o solo soy yo, me acercó a él y me pongo aún lado de el, se aparta un poco pero no importa al menos no me dice enfermo.
-¿Tienes algo que puedas contar sobre ti Argía? -pregunto asomándome en la cocina y solo hay sopa y agua, no es lo mejor pero sirve.
-Realmente no tengo nada que contar sobre mi -me ve- bueno, tal vez que 13 años mis padres murieron a causa de un asesino, ya sabes cómo dormía en las calles fue muy fácil que el culpable los matará, aún no se por que me dejó vivo, aunque en ningún momento lo vi por lo que es difícil si no imposible dar con el -lo mire con tristeza, tal vez la vida lo odiaba, le servi sopa y me senté a su lado con 2 vasos de agua- Gracias.
-No es nada mi amigo -le sonrió y bebí mi agua, aunque no sabe a nada es muy deliciosa el agua.
-¿Y quién es tu verdadero padre? -suelta de repente haciéndome verlo arqueando una ceja- oh, siento mi pregunta -come su sopa.
-Verás Argía mi padre era un pueblerino pero ya a sido asesinado por la policía, ya sabes pensando que el era un asesino y ladrón pero el no era así -suspiro- era un grandioso hombre y muy amigable.
-Era tu padre, por supuesto que creo eso, pobre hombre -me miro y tomo mi mano- me tendrás cuando me necesites Gabriel, como tú fiel amigo, oye, ¿Podrías traer unas flores de allá atrás?
—Por supuesto, ¿De cuáles? El jardín este repleto de todas clase de flores.
—Mmm, traeme de las comestibles por favor —me sonrió y fui con el haciéndole caso.
Narra Samael
No era más que un gato lo que había atrás de mi, por suerte, me sentí aliviado pero al entrar a él castillo oí unas voces que venía de la cocina, fui a ver y me escondí atrás de una de las paredes, noto que Argía le toma las manos a Gabriel.
¿En serio eligió a Gabriel?
Veo como Gabriel sale a él jardín, tal vez se aburrió de Argía, y lo comprendo es un estúpido, rápidamente me acercó a Argía solo para mirarme aún sonríente.
—¿Gusta algo princ- —le tome las muñecas y las baje viéndolo serio, el por supuesto se veía enojado y con un poco de miedo, aunque era más enojo que nada— ¿Qué cree que hace príncipe?
—Dandote a entender que nadie aquí va a quererte ni por una noche en su cama, comprende, solo eres un esclavo más de aquí —me acerque a su cara en forma de amenaza— así que ni siquiera lo intentes con Gabriel o... —estampe sus manos en la pared— te las verás conmigo
—Estas loco príncipe, lo digo en serio, ¿Que le hace creer que quiero un amorío con su hermano? Vamos solo es amistad algo que seguro usted no tiene —sonrío a pesar de sus nervios, este hombre debo admitir es valiente.
—Solo digo las cosas como son —nuestras respiraciones se juntan y el tiene miedo, iba a hablar pero algo malo sucedió.
—¡Samael! ¿Que demonios haces así con tu sirviente? ¡Apartate ya! —hice lo que me pidió.
—Padre no creas que yo... No es lo que piensas lo digo en serio solo que el —me interrumpio.
—Basta Samael, ahora ven conmigo —camino y lo seguí, mi padre estaba notablemente furioso y el no me deja explicarle lo que el mal interpreto.
Sus pasos resuenan en el suelo y me siento pequeño ante mi padre, no se que me espera a decir verdad, solamente quiero que me diga que no quiere que vuelva a pasar pero no será así, lo sé.
—Pasa Samael —me abrió la puerta y pase adentro— ¿comprendes que no puedes tener ninguna clase de pareja?¿Dices que mal interpreto? Samael estabas apunto de besar al pobre chico que se veía asustado y en la entrada Gabriel me dijo lo que hiciste, ¿Así tratas mis regalos Samael? —me quedé callado— ¡Responde! —me dio un golpe en la cabeza.
—Lo siento padre —mire abajo en todo momento— de verdad
—Responde la pregunta anterior —dijo serio y enojado.
—No lo iba a besar, el quiere a Gabriel.
—¿Y a ti que te interesa? —se acercó a mi, tenía miedo
Fin del capítulo
Posiblemente a veces actualice mucho y otra veces me iré sin dejar rastro ~•<•~
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Perfecto ~Alastor × Lucifer~ (Primera Temporada)
FanfictionLa economía de los magne no era la mejor, tenían riquezas pero los padres de Samael se negaban a vender sus riquezas, además de que serían el hazme reír de todos los reinos. -¿Que hacemos? -pregunto mi madre notablemente preocupada- si vendemos todo...