Harry quedó en la prestigiosa universidad de Middlesex, pero hay un problema la universidad es exclusivamente para alfas y betas, y él es un omega, pero no se dará por vencido y luchará por sus sueños aunque tenga que ocultar su olor con supresores...
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El sonido de su celular lo despertó, abrió los ojos muy lentamente pues le ardían después de haberse quedado dormido llorando, se levantó para ir al baño, quería verse en el espejo, también quería bañarse para quitarse el olor de Louis que aún seguía impregnado en su piel, cuando se puso enfrente del espejo que tenía el lavamanos pudo ver su cara, hinchada, roja, con lágrimas secas en sus mejillas y ni hablar de sus ojos se veían casi cerrados a causa de lo hinchados que estaban, la parte blanca parecía ser roja de la irritación, su cabello parecía un nido de pájaros todo enredado, y su aroma no era dulce como siempre, si alguien lo olía pensaría que se estaba muriendo o algo, el olor era de pura tristeza.
Se entró a la ducha, las gotas proporcionadas por la lluvia artificial de su regadera caían directamente en su cara, confundiéndose con algunas lágrimas que salían de sus ojos, empezó a tallar su cuerpo, lo talló tan fuerte que se estaba dejando la piel roja y caliente, no le importó en absoluto el ardor en su piel, él solamente quería quitarse el aroma del alfa, no quería recordarlo de ninguna manera.
Diez minutos más tarde se encontraba saliendo de la ducha con una toalla enrollada en la cadera, se puso la ropa interior y unos pantalones deportivos con alguna playera que encontró, se bañó en neutralizador y se tomó los supresores, antes de salir de su habitación vio las rosas que le había dado el ojiazul, dos lágrimas rodaron por su cara al recordar las palabras de ese omega, tomó las rosas, salió de su habitación y la tiro en el bote de basura.
Ese día decidió no ir a la escuela con la excusa más tonta del mundo, dijo que tenía algo de gripe y no quería resfriarse más, le había escrito también a Louis para avisarle, se suponía que ahora eran una pareja, el omega aún no le decía nada de lo que había pasado, él solo quería que pasaran rápido estas dos semanas para salir de vacaciones por navidad.
