Capítulo 22

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Una vez que habíamos llegado a la casa-mansión del grosero o no sé de quién sea esa casa, me salvé del problema gracias a Kiara y Amy que estaban en el living.

-Hola, ¿dónde estaban?-Preguntó Kiara, aplicándole brillo a Amy que tenía una sonrisa en su cara.

-Pregúntale a Chase-señaló el grosero.

Kiara miró a Chase esperando una respuesta.

-Eh... Estábamos, ¿comiendo helado, Meg?-Me preguntó para que tratara de ayudarlo.

Él quería que lo ayudara sabiendo que ya yo tenía la soga al cuello.

-Eh, sí.-Rasqué mi nuca.

-¿Y por qué tardaron tanto?-Volvió a cuestionar-. Kyle, ¿tú los acompañaste?

Ella lo miró como si no se pudiera creer lo que estaba ocurriendo.

-No. Yo sólo los fui a buscar.

El grosero se disponía a subir a la habitación cuando Kiara lo detiene.

-Eh, Kyle...-Ella estaba buscando las palabras para decirle-. La TV de Amy se dañó y tuvimos que tomar la de Chloe.

Ella me dio una mirada rápida como para ver que decía al respecto.

¡Mierda! Adiós Transformers.

-Bueno, no importa.-Hizo un ademán-. Chase, necesito que lleves los papeles que te pedí a mi oficina. Yo termino lo que estoy haciendo y luego te alcanzo, ¿vale?

Claro, como él es el que no se va a perder Transformers.

-No te preocupes, hermano.

-De acuerdo.

Él ni me miró, ni me dijo nada. Estaba demasiado raro. ¿Será que no me iba a reclamar? ¿No le dirá nada a mis padres?

-Kiara, yo me tengo que ir en unos diez minutos. Megan queda en tus manos.

Por favor, no me iba a escapar.

-Está bien.-Asintió.

-Meg, vamos.-Tomó mi mano-. Te acompaño a tu habitación.

***

-¿Por qué estás tan callada, Meg?-Me miró fijamente-. ¿Es por la TV?

-Ajá.

-¿Por qué?

-No pude leer las instrucciones-dije algo triste-. Creí que había tiempo.

Chase rió y yo le fulminé con la mirada.

-Lo siento.-Su rostro se puso serio-. Ya te repondrán el otro.

-Ya no será lo mismo-dije con la mirada perdida.

-Nunca nada es lo mismo, Meg.

-Ajá.

-¿Me prometes que vas a estar bien?-Yo asentí.

-¿Estás segura?-Negué con la cabeza.

-¿Por qué?

-Porque tú te vas, Chase, y él se queda.

-No lo hará-dijo-. El tiene que ir a la oficina y yo no tardaré, ¿de acuerdo?

-De acuerdo.

-¿Me das un abrazo?-Preguntó suavemente.

No hubo falta responderle porque yo ya estaba abrazándole.

-Te quiero mucho, Meg.

-Yo también te quiero mucho, Chasito-bromeé.

GROSERO ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora