Maratón 1/3
-Auch-me quejé-. Me lastimas.
-¿Qué mierda te estás creyendo?-preguntó con los dientes apretados.
-¿Qué me creo de qué?-pregunté confundida.
Su agarre de hizo más fuerte y yo gruñí.
-Carajos, mejor córtame el brazo; duele menos.
-No estoy para tu estúpidas bromas.
Le miré a los ojos y veía enojo en ellos. ¿Qué hice?
-¿Qué te pasa?
-¿Qué te pasa a ti, Adams?-apretó aún más su agarre-. ¿Cómo te atreves?
Le volví a mirar confundida. La Barbie quiero ser una puta ama de casa sólo veía expectante.
-¿De qué hablas?
Agradecida soltó su agarre, pero mi tranquilidad no duro mucho después de que me tomara de los cabellos y me halara para que lo mirase a los ojos. Volví a gruñir.
-Joder, Evans, me lastimas-dije, quejándome por el horrible dolor que estaba sintiendo.
-No digas que no te lo advertí-me habló con los dientes apretados-. No te atreverás a burlarte de mi de esa manera.
-Bueno, explícame, querido amigo; no estoy entendiendo nada.
Como sí eso le enojara más, me volvía a halar más duro del cabello.
-Además de puta, ladrona.-bufó-. Es increíble la clase de persona que tengo conmigo.
-Volvemos con las ofensas-susurré irónica.
Las lágrimas estaban luchando por salir y no sabía era porque me estaba halando de los cabellos o por que siempre me describía como una cualquiera.
-Pero esto no me lo vuelves hacer nunca, ¿me entiendes?
-¿Qué te hice ahora?-pregunté en susurro.
El dolor se hacía más y más intenso.
-¿Crees que nadie se iba a dar cuenta? ¿A dónde irías? ¿A París?
Tardé un poco en pillarlo todo, pero lo hice.
-¿Estás insinuando...-No seas descarada.
-Yo no robé nada.
Luego de eso, me empujó lejos de él hasta que caí al suelo. Guau, eso es tener fuerza.
Qué mierda, podría jurar que me fracturé el trasero.
-Bárbara.-Él la miró amenazante y ella comenzó a llorar.
-Yo... Yo le dije que no lo hiciera, pero ella sólo me amenazó...
Desgraciada.
-Me dijo que se iría a París o Disneyland-se limpió las lágrimas con el pañuelo-, que tomara parte del dinero para que no dijera nada... Yo... yo no supe que más hacer que llamarte, Kyle.
¿Vieron? Eso me pasa por buena gente.
-¿Y qué pasó? ¿Te quedaste dormida?-me preguntó el grosero.
-Bueno, eso fue lo que viste, ¿no?-Me encogí de hombros.
El pateó con fuerza el escritorio.
-No me provoques, ¡mierda! ¡No lo hagas!
-¿No crees que sí eso quisiera hacer, no lo hubiese hecho ya?-pregunté.
-Kyle-volvió a llorar-, yo jamás he hecho algo durante el tiempo que llevo en esta casa...
ESTÁS LEYENDO
GROSERO ©
RomantizmEsto no es una historia normal. No hay tristeza, felicidad, risas, llantos como tal. Aquí hay más que esto. A veces la vida es tan seria que las personas están acostumbrado a ver, leer todo aquello que se asemeje a lo que está estipulado en el mun...