-Creo que deberías ir tras él-dijo Chase, rascándose la nuca.
-Nilo pienses como el río de Asia-dije, negando con las manos.
-Meg, el río Nilo está es en África, pasa por Egipto y Sudán-aclaró.
-¿Qué? ¿Me estás llamando bruta a mí?-toqué mi pecho como si me doliera.
-No. En ningún momento quise decir eso, sólo que...-le interrumpí-. ¿Crees que no sé? Dije Asia porque está al lado de África, duh.
-Pero...-le volví a interrumpir-. Eh, eh, deja de pasarte de listillo conmigo, cerebrito. ¿No sólo puedes vivir el momento y ya?
-O sea...
-Da igual donde quiera que esté el río.-me encogí de hombros-. Total, es el mismo con diferentes nombres.
-¿Por qué siempre quieres tener la razón?-preguntó, cruzándose de brazos divertido.
-Porque la tengo. ¿Acaso el agua con que te bañas o tomas es diferente a la de otra persona a mil kilómetros de ti?
-Bueno, Meg, en teoría...-En teoría nada, Chase, ¿quién sabe si el agua que tomas no es la misma que la que bajó por el retrete de alguien?
-¿Por qué puedes filosofar en este tipo de cosas, que probablemente no estamos seguros, pero no puedes aprenderte donde está ubicado el jodido río?-Preguntó cambiando el tema.
-Ya te lo dije, cualquiera que sea el río que esté en Asia, es el mismo ese que está en Grecia, donde están las pirámides esa cosa, donde dijiste que estaba ubicado, no sé por qué te complicas.
-Egipto.
-¿Ah?-le miré confundida.
-Las pirámides y el río están en Egipto-me corrigió.
-Ay, por amor a Jesucristo, Chase-dije irritada-, supéralo y crece, bebé.
-Y tú estudia-susurró.
-¿Qué dijiste?
-Que me repudia-dijo más fuerte.
-¿Qué te repudia?-pregunté confundida.
No sabía de donde venía el tema, por eso decidí preguntar. Y a pesar de que fuera algo insignificante, me gustaba pasar tiempo con Chase como hace tiempo no lo hacía. Eso me alegraba enormemente, aunque me estaba empezando a preocupar por el grosero. Mejor dicho, por mí, por si comenzaba a odiarme de nuevo.
-Que me repudia los comerciales, eso mismo-dijo no muy seguro.
-Pero la TV está apagada-señalé.
-Pues, por eso, Megan, duh.
Asentí no muy convencida. Ahora mi mente estaba en otro lugar. Creo que debería hacerle caso a Chase e ir a buscar al grosero, pero antes tenía que preguntarle algo.
-Chase, ¿cómo es que tú y tu hermano ya se hablan?
El se encogió de hombros antes de mirarme a los ojos y responderme.
-No lo sé, Meg. Sólo las cosas suceden y ya. Nos llevamos muy bien, y aunque a veces nos digamos cosas que nos lastiman, nuestro lazo de hermanos es más fuerte que todo lo que sucede a nuestro alrededor.
Creo que ya había escuchado ese discurso antes, pero menos cursi y de otra persona. Y me alegraba el hecho de que los dos pensaran lo mismo, así su relación no se iba a acabar tan fácil, incluso hasta podía hacerse más fuerte.
-¿Y con Kiara también es lo mismo?
Mi curiosidad estaba de vuelta señores, y lo mejor de todo, es que Chase no se oponía a responderme como lo hacía el grosero.
ESTÁS LEYENDO
GROSERO ©
RomanceEsto no es una historia normal. No hay tristeza, felicidad, risas, llantos como tal. Aquí hay más que esto. A veces la vida es tan seria que las personas están acostumbrado a ver, leer todo aquello que se asemeje a lo que está estipulado en el mun...