KYOJURO RENGOKU

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Al día siguiente volviste a ir a la finca de los Rengoku.

Las batallas sacaban el poder de cada uno a su máximo, Rengoku sentía energía y paz y tú sentías como sus llamas tomaban cada día más tu ser.

-Debemos parar Rengoku-San- Dijiste jadeante. El rubio acepto y se tiraron uno al lado del otro. Aunque no hablaban mucho estar en silencio con él ya no te parecía incomodo. Te inclinaste hacía delante él copio tu acción.

-Dime Kyojuro.- Te sorprendió el repentino cambio en el semblante del rubio.

-Kyojuro-San- Te sonrojaste por decir su nombre de pila, el mayor también se sonrojo. Cuando él de nuevo iba abrir la boca un cuervo voló en lo alto.

-Deben de ir al bosque en el noreste.- Hablo el animal.

-¿Los dos?- Dijo el rubio.

-Deben ir juntos al bosque del noreste.- Replico el ave.

Senjuro los despidió deseándoles buena suerte.

Se encaminaron hasta el lugar. Luego de un rato los dos quisieron hablar al mismo tiempo.

-Tu primero.- Le dijiste al rubio. Él negó con su cabeza. Tu con un tono nervioso continuaste.

-Me preguntaba....¿Cuántos años tienes Kyojuro-San.- El mayor te miro con una sonrisa, era increíble el como en cinco días su actitud hacía ti no es que cambiara pero lo sentías diferente, no hacían un contacto visual largo pues los dos se ruborizaban, cuando cruzaban más de dos palabras en el entrenamiento sus voces eran temblorosas por los nervios. Si tenías que tomar la iniciativa este era el momento, pues tu corazón no podía más, si permanecías de nuevo a su lado por más tiempo ya no resistirías a decirle que algo en ti cada que lo veías hacia volar mariposas en tu estomago.

Y el momento más exacto para resolver lo que Himejima dijo.

-Veinte.- contesto con una sonrisa el rubio.

-Ya veo.- Dijiste. El rubio puso una mano en tu cabeza, abrio los ojos a manera de asombro, él al igual que tu sintió un choque de energía en su mano, así que la retiro rápido.

-Si algo se sale de control quiero que regreses a pedir ayuda.- Dijo mirando hacía enfrente. Tu asentiste a lo que dijo.

Tras llegar al lugar percibiste al demonio.

- Detrás de mí- Dijo el rubio, tu acataste a sus ordenes.

Enfrente ustedes había un laberinto echo por rosales, medía más allá de lo que podían ver, empezaba a oscurecer y una espesa niebla los rodeaba.

Se adentraron en el laberinto de rosas, Rengoku miraba a todos lados en busca del demonio, pero no lo encontraban por ningún lado, por más que caminaba aparecían más muros llenos de espinas.

Rengoku tomo tu mano. Una descarga se hizo más evidente, el rubio corrió en desesperación.

-Rengoku-San cuidado- Jalaste al rubio hacía a ti esquivando una flecha encendida en llamas.

-Gracias ___-San.- El rubio tomo tu cabeza y te agacho hacía él, escuchabas como su corazón latía muy rápido, agitaste tu cabeza para concentrarte en sentir la presencia del demonio.

-Es un demonio que utiliza técnica de sangre.- Menciono el rubio.

Los ataques provenían de ningún lugar en especifico, siguieron esquivando y tratando de concentrarse, el rubio a tu lado seguía tomandote de la mano, tu tratabas de encontrar donde estaba el demonio.

Kyojuro te miro concentrada.

-Es una ilusión- Respondiste apretando la mano del rubio, corriste hacia una de las paredes que se veía diferente clavaste tu nichirin en una rosa que brillaba diferente, el demonio apareció frente a ustedes.

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora