EL PILAR DEL SONIDO

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Habías dejado a las cinco sorprendidas saliste del dojo luego de ayudar a limpiar a las tres pequeñas 

-_______-San, eres muy fuerte.- Dijo la de mechas moradas.

-Mi padre me entreno bien.- Respondiste.

-Deberías aprender de todos nosotros, algún día te llevaré conmigo.- Luego de esto Shinobu te dejo ir a la habitación.

Estabas tan cansada que dormiste hasta el otro día.

Te levantaste al baño en la noche no sabías por qué pero se te olvidaba dónde estaba siempre.

El rubio estaba caminando de nuevo en la oscuridad de la noche alumbrado a la luz de la luna.

<<Rayos si no es él no habrá nadie más>>

-Dis...disculpa.- El rubio volteo con una sonrisa, prácticamente lo sacaste de sus pensamientos.

Tu cara se puso roja, su cabello rubio con toques rojos ondeaba con el aire.

-Tu cabello es muy bonito.- A tus palabras el rubio se sonrojo se dio media vuelta y lo tomaste por la mano .

-El... El baño.- Señaló la dirección de nueva cuenta sin mirarte.

-Lamento importunarte muchas gracias.- Hiciste una reverencia y corriste al lugar.

<<Quisiera poder hablar más contigo>> pensó el rubio.
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Tu días eran despertar en las mañanas, ver a las pequeñas para que estirarán tus músculos, entrenar con Shinobu hasta la tarde, comer junto a las tres pequeñas y contarles sobre ti y tu hermana, en las noche comenzabas  a practicar la danza de la luna, hacías un gran esfuerzo por sacar cada movimiento, lo primero que viste es que cada tres movimientos representaba una postura diferente, destacaste cuales movimientos eran de las primeras cinco posturas que sabías, cuando estabas agotada tomabas una ducha, cuando salías siempre veías caminar al rubio de un lado a otro, siempre pensativo, no lo saludaste el primer día, era demasiado bochornoso para ti el recuerdo de cuando lo veías regresaba a tu mente.

<<Preguntar por el baño, qué gran idea tienes siempre ______>>

Dejaste que se alejara para rodearlo y pasar desapercibida.

La noche siguiente lo saludaste.

-Bu...buenas noches.- Caminaste demasiado rápido para darle tiempo al de puntas rojas para contestarte.

Siempre que lo veías en las tardes de casualidad lo saludabas sin decir nada más que un buenas tardes, por las noches era lo mismo, nunca le dabas tiempo a responderte, él solo se limitaba a sonreírte pero no lo veías, siempre le dabas la espalda y continuabas con tu entrenamiento, habías comenzado a pensar más y más en él.

Era para ti absurdo pues si bien su belleza te cautivo no pasaba más de un simple saludo y ya, eran las únicas palabras que tú decías.
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Al cabo de cinco días hacías a la perfección la mitad de la danza.

Un giro con salto y movimiento de manos era la sexta y otro con tres giros y un pequeño salto la séptima.

Las tres pequeñas que siempre estaban a tu lado quedaban sorprendidas con cada movimiento que hacías.

-_____-Chan un aldeano del pueblo del herrero quiere verte.- Dijo Shinobu contenta. Tu ladeaste la cabeza, ella te tomo de la mano y te llevo hasta donde estaba una persona  con mascará esperaba bajo el cálido sol, traía también un sombrero de paja, en sus manos traía envuelto algo con vendaje. 

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora