Capitulo 15

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Cuando despertaste el rubio ya no estaba, había dejado una nota junto con una flor de cerezo.

"Tengo una misión, por favor cuida de ti" Sonreíste al leer la nota, tomaste la flor y la colocaste en tu cabello.

Al salir de la habitación las de trenzas esperaba por ti.

-El desayuno está listo ________-San- Le dedicaste una sonrisa a la menor y ella tomo tu mano.

Desayunaste sola, nadie estaba ahí más que las pequeñas y tú, seguías contando historias de tu padre a ellas.

-¿Dónde están todos?- Les Sonreíste a las tres.

- están alistando a la señorita Kanao.- Contesto la de cabello corto.

- ¿Alistando?.- ladeaste tu cabeza.

-Ella irá a la parte final de selección _____-San.-  Habías escuchado hace unos días que la selección era muy dura y solo unos cuantos podían pasarla. Kanao no hablaba mucho se limitaba a sonreírte y tú le sonreías de vuelta era algo extraño ya que la pequeña se levantaba a la misma hora para entrenar, muchas de las veces tomabas distancia pero siembre trabas de copiar sus movimientos.

Esto no le molestaba a la de ojos violeta.  Tomaste rápido tu nichirin y saliste corriendo para poder despedirla.

La de ojos violeta te miro sorprendida.

-Kanao, lo siento, lamento llegar tan tarde.- ella se detuvo en la puerta y sonrió. - Regresa con bien tu puedes.- Le diste un abrazo a la menor y ella se sorprendió aún más.

El aroma natural de tu cuerpo era dulce, todos creían que usabas algún aroma para impregnarlo pero no era así, esas cosas de lujo no se veían en tu familia a pesar de que eran una familia reconocida.

Te despegaste de la menor para luego despedirte de ella y ver cómo se marchaba.

-Tu.- Dijo una voz detrás de ti.

-Tenemos que partir ahora.- Abriste paso para mirar a Tomioka quien salía a paso apresurado del lugar tu cuervo se poso en tu hombro.

-Tienes que partir ahora, sigue al mal humorado.- Te despediste de las pequeñas y acataste las órdenes del ave.

Cuando alcanzaste a Tomioka el se paró en seco.

-Haces lazos especiales con cualquiera que se deje ¿No es así?.-

Ladeaste la cabeza, el de cabello negro como la noche retomó su andar.

-Si quieres ser mi amigo deberías ser más amable conmigo, Tomioka-San.-  Seguiste el paso un poco más lento.

-Tomioka-San.- respiraste profundo las palabras tenían que salir de un modo u otro. El de ojos azules no te miro siguió caminando.

-¿Por qué Rengoku?- Tus mejillas se ruborizaron.

-No sé a qué te refieres.- Contestaste desviando la mirada.

-Tengen anda diciendo que son almas gemelas.- Respondió el ojiazul

<<Uzui Tengen estás peor que una señora>> Pensaste.

-Fue el primero que estuvo a mí lado.- Respondiste ahora caminando lejos del pelinegro

-Tu padre era igual - Miraste raro al ojiazul, él ladeó un poco la cabeza.

-Tomioka-San- Pausaste la caminata por unos minutos, te giraste a él. Suspiraste y continuas te hablando.

-Rengoku-San es el pequeño rayo de sol de todos los días, fue un gusto a primera vista.-

- El sol y la luna era una historia que todos conocían esa historia, el que estés con Rengoku es destino .- Continúo el pelinegro. -Siento lo que sucedió con tu padre, yo fui su alumno por un tiempo.-

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora