Shinobu

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A la mañana siguiente seguías enredada en los brazos de Kyojuro, el dormía así que ahogaste un pequeño grito de alegría, para ti estar así con el rubio era lo mejor que te podía suceder, con él olvidabas tus problemas y no te sentías sola, si tu padre te estaba guardando con tanto aprecio estaría feliz de que estuvieras con alguien como él.

-Buenos días.- El rubio hablo con esa linda y melodiosa voz ronca. Pero él se había dado cuenta de que estabas despierta.

-Buenos días Kyojuro-San.- Mencionar su nombre era tan difícil pues siempre te ruborizabas, no podrías creer que tú estuvieras con alguien como él.

-Eres tan hermosa, me encanta como hueles.- El rubio acerco su nariz a tu cabello, tu sonrojo aumento.

Luego de esto te despegaste para mirarlo, su cabello estaba enmarañado pero aún así él luce muy bien.

Kyojuro tomo tu mentón y planto un beso en tus labios, había sido corto pero eso era suficiente para ti.

Fue difícil para Kyojuro levantarse puesto que solo ciertas veces podía estar contigo, amaba esos días en los que te veía y prácticamente ahora estaban más unidos.

Al salir de la habitación el pequeño Senjuro estaba limpiando un poco.

-Buenos días hermana mayor.- Al pronunciarlo su sonrisa era más grande que de costumbre, te acercaste hasta él y lo abrasaste.

-Buenos días pequeño hermano.- Acariciarte su cabello.

Mientras ayudabas a Senjuro con los quehaceres del hogar, el mayor practicaba un poco, fue ahí cuando su cuervo se acercó.

-¿De nuevo te irás a una misión?.- El rubio asintió.

-Tengen pide que lo acompañe, descuida regresare con bien a tu lado.- el rubio tomo tu mano y planto un beso sobre el dorso de está, luego te acercó con sumo cuidado hacía él y beso tu coronilla.

-Ten cuidado por favor. - El asintió con entusiasmo y salió de la finca.

Cunado Senjuro y tú agitaban la mano a manera de despedida un cuervo se acercó a ti.

-Kocho te espera en el río del sureste.- El ave se poso en tu hombro.

-Descuida Senjuro, regresaré al anochecer- Le dedicaste una sonrisa al menor y este te la devolvió.

-Ten cuidado ______-San.- Hizo una reverencia, tu te limitaste a sonreírle y saliste del lugar.

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-Bien, es un poco lejos donde debo de ir, el río del sureste queda por allá.- Señalaste el lugar con tu dedo índice.

- Rápido floja.- Grito el ave.

-Ya voy, diablos no tienes que ser tan grosero.- Le dijiste alejándolo con tu mano. El ave se poso en tu hombro. -Tengo una pregunta para ti.- El ave se limpiaba una parte del ala. -Mi padre, ¿Tenía un Kasugai personal?.-

-No, él tenía una paloma, una asquerosa paloma a la que llamaba Sakura.- Concluyo el ave.

-¿Tu serás mi compañero de ahora en adelante?.- El ave asintió.

-¿Puedo ponerte un nombre?- El ave no te miraba pero tampoco negó.

-Te llamare Haru, si no te molesta.-

-Está bien, llámame como gustes.- Replico el ave.

Corriste con el ave en tu hombro, cada paso que dabas te acercaba más a donde Shinobu-San estaba.

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora