Tanjiro Kamado

98 11 0
                                    

El rubio tomo tu barbilla alzando tu cara para plantar un beso intenso en tus labios, sus manos estaban apretando con dulce fuerza tu rostro para así penetrar con su lengua tu boca jugando dentro. De un momento a otro sus corazones palpitaba en sincronía estaban agotados, trataban de respirar lentamente, un pequeño gemido salió de tu boca.

-Shhh, tratemos de no hacer mucho ruido cariño.- Pronunció el rubio, no es que no le gustará escucharte gemir de placer pero alguien aledaño podría escucharlos, así que atendiste a sus órdenes. Tu mano se poso sobre su pecho y desabotonaste ágilmente su uniforme, mientras el quitó tu haori haciéndolo deslizar sobre tu espalda hasta caer al suelo.

Cuando quedó al descubierto sus brazos y su torzo visualisaste nuevas cicatrices.

-Kyo.- Tu preocupación lo hizo sonreír .

-Eso no es nada cariño, estoy bien, lo importante en mi vida aparte de mi hermano eres tú.- Te quito la blusa para dejar al descubierto tu lindo y abundante pecho, para él lo era, tus pechos no eran muy grandes ni muy pequeños pero para él era suficiente, no importaban las cicatrices él no juzgaba ni juzgaría tu cuerpo, no le importa que tus glúteos sean gordos o delgados, no le importa si tus piernas no son firmes, para el mientras rebote en sus caderas es perfecto y si no lo hiciera de igualmenera te ama como eres, pues lo que a él le interesa es estar contigo y saciar su sed de amor contigo.

Cuando quitó todo te puso de espaldas haciendo que te inclinaras contra la cama, quedando tus caderas arriba para así dejar la entrada libre, se inclino y comenzó besando tus glúteos para luego lamerlos y después dejar un beso dulce en tu entrada para luego lamer de un lado a otro, de arriba hacía abajo y viceversa.

Tomaste las cobijas entre tus manos llevándolas a tu boca para taparla y no hacer mucho ruido, Rengoku comenzó a frotar su miembro en tu entrada, estabas tan mojada que se escurría por tus piernas, tu cuerpo lo pedía, tu subconsciente hizo que alzaras más tu trasero hacía él y este te penetro, la embestida fue suave entro tan limpiamente que salió un gemido de los labios del rubio, tu corazón comenzó a latir rápidamente, el rubio comenzó a embestirte lentamente, sus manos estaban en tus caderas, te hacía ir y venir junto con sus Movimientos de cadera, sentías como su miembro creció dentro de ti, era tan grande y grueso que el vaivén lo disfrutabas más de lo habitual, pues se notaban las ganas que se tenían desde la última vez.

El rubio comenzó a gemir y gruñir, lo podías escuchar esto te exitabas más.

Tomo tus manos y las paso atrás de tu espalda te levanto para que sus cuerpos se rozaran, podías sentir su pecho mojado por el sudor del momento, te puso contra el muro y te embistió con más fuerza podías escuchar sus gemidos en tu oído tu piel se puso de gallina.

-Kyo... Kyojuro, me vendré.- El rubio soltó una risita.

-Hazlo por favor.- Susurro en tu oído.

Te volteo rápidamente sin sacar su miembro dentro de ti, y así quedar frente a frente, comenzó a masajear uno de tus pechos mientras besaba con lujuria tus labios, dando de vez en cuando pequeñas mordidas.

-Kyo...- Después de esas palabras tapo dulcemente tu boca, el gemido se podía escuchar a pesar de esto, el también dejo ir su orgasmo dentro de ti, aún sin salirse con sus respiraciones agitadas beso tus labios dulcemente.

-Te amo.- dijo él entre jadeos intentando recuperar su aliento.

-Te amo yo también kyojuro.- Dijiste con una sonrisa.

El te cargo y te llevo dulcemente hasta el futón dejándote caer muy despacio, te recostó a un lado tuyo, coloco su cabeza entre su brazo y su pecho y ahí durmieron tranquilamente.

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora