capitulo 10

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Cuando despertaste el rubio estaba durmiendo a tu lado, tu corazón comenzó a latir rápidamente, levantaste tu mano para acariciar su cabello.

Condujiste tu mano lentamente hasta ahí, y la posaste sobre su cabello, era demasiado suave. Cerraste los ojos para llevar la experiencia hasta tus memorias seguiste acariciando la cabellera del rubio.

Cuando volviste a abrir los ojos él te miraba con una sonrisa.

- oh, este, de verdad... Lo siento, te desperté. -

Rengoku negó con un movimiento de cabeza.

-Eres muy linda cuando duermes. - El rubio te sonrió entrecerrando sus ojos.

Te acercaste a él hasta el punto en que sus narices se rozaban.

Los latidos de ambos se sincronizaron, tu cara se puso roja.

El rubio poso su mano en tu mejilla el calor que emanaba de esta era tan cálido que todos tus pensamientos se centraron en aquello.

Ladeó su cabeza para que estuvieras cómoda y te dio un pequeño beso sobre tus labios.

Tomaste a Rengoku de sus ropas y lo jalaste hacia ti, el rubio abrió su boca para introducir su lengua en la tuya, respondiste nerviosa a aquel beso, todo tu cuerpo se erizaba. El rubio llevo su mano hasta tus muslos, tú lo jalaste cada vez más hacía ti. Su lengua jugaba con la tuya, apretó tu muslo derecho y con la otra mano acariciaba tu espalda.

Se retiraron un momento para respirar, un fino hilo de saliva pendía de tus labios, te inclinas te hacía él para seguir con el beso, esta vez rodeaste su cuello con tus manos. Rengoku te tomo por la cintura, te pusiste sobre la cama quedando tus glúteos al aire, el toco uno con su mano izquierda y lo apretó, un gemido muy leve salio de tu boca.

Rengoku se separó y volvió a dejar su mano sobre tu cintura.

-Aquí no amor. - Esto te saco de tu estado hipnótico.

Rengoku dejo un beso en tu frente.

-Te traeré algo de comer- Al terminar esto, salio de la habitación y cerro la puerta.

Respiraste unos segundos, Rengoku tenía razón, alguien los podría escuchar así que no lo tomaste a mal.

Unos minutos después el rubio entro con una gran charola de comida.

-Ren...Kyojuro-San, es demasiado para mí, deberías de comer un poco. -

El rubio negó con su cabeza.

-Todo esto es para ti ______-Chan, debes de recuperar fuerzas. -

El saco los palillos y comenzó a darte de comer. Mientras masticabas tu comida Kyojuro comenzó a hacerte un par de preguntas.

- ¿Te gusta? Es mi comida preferida. - Sonreíste a la pregunta ta del rubio y asentiste con un movimiento de cabeza.

-Tienes buenos gustos Kyo-San-

-Me alegra que te guste. - Sonrió cerrando sus ojos, esa sonrisa que te dedicaba siempre derretía tu corazón.

El rubio prosiguió. -No fuiste conmigo a entrenar estuve esperándote. -

Esa última palabra salió como un susurro. Se quedaron en silencio por unos momentos.

-Quiero hacerte una pregunta. - Dijo el rubio viendo hacía abajo. Tú lo mirabas de reojo masticando tu comida, su cara estaba roja.

-Kyojuro-San, tu...- Pasaste saliva.

-Me gustas mucho. - Cuando dijiste las palabras, parecieron magia, el rubio alzo la mirada y te miro con una sonrisa en los labios.

El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora