El pilar más poderoso (Rengoku x Lectora)

El Clan de la Luna

                                                                                                 PROLOGO 

La finca de los Miyamoto es una de las más grandes en todo Japón, contaba con un pequeño bosque y un lago cristalino. Muchos de los que vivían alrededor de ella contaban que el agua de aquel riachuelo curaba todo tipo de enfermedades pues había sido bendecida por el espíritu puro de la luna. 

Tu familia era conocida bastaba nombrar a tu madre Amaya y a tu padre Yamato para que el pueblo se inclinara en su presencia. 

Tu padre se dedica a entrenar a jóvenes en el arte del kenjutsu y el arte de lucha cuerpo a cuerpo el karate, es un hombre recto y sabio, era alto y su cabello largo estaba teñido de blanco, sus ojos cafés estaban llenos de una paz interior la cual era capaz de ser absorbida por cualquiera que se le acercará. Era un hombre muy atractivo al igual que tu madre. 

Tu madre por otro lado es una mujer dulce y amable, capaz de no tocar a ningún ser vivo, se dedica a los quehaceres del hogar. Es una mujer de estatura promedio, sus ojos son de un negro profundo, su cabello es ondulado y negro azulado, esa mujer dio a luz a dos niñas, la primera de ellas es Kazumi y la siguiente eres tu ______. 

Kazumi es cinco años mayor que tu, es una chica delgada y con una belleza inigualable, todos los que radican en el pueblo han pedido la mano de tu bella hermana en matrimonio, por su belleza deslumbrante también reciben regalos de los vendedores aledaños. Kazumi desde el primer momento que te vio fue amor a primera vista, te tomo en sus brazos y te protegió como si de una flor preciosa se tratase. 

Tu por otro lado no pasas desapercibida de la mira de los jóvenes del pueblo si bien no te consideras tan bella como lo es tú hermana las propuesta de matrimonio no faltan. Pero tu padre con una sonrisa en su rostro a denegado por ti cualquier propuesta.

-Tú eres especial _____, estás echa para algo mejor- Siempre decía tu padre sin borrar esa sonrisa tan cálida de su rostro.

Siempre hacías las compras con tú hermana cuando no estabas practicando en el dojo de la finca, tú padre no se había decepcionado de no tener un progenitor que fuera la cabeza de la familia, tu eras para él su diamante y todos los días practicabas en el dojo sin descanso. A primera hora de la mañana bajabas a meditar alado del estaque con él , después tu hermana los saca de esa paz llamándolos a comer, cuando terminas tu comida, tomas clases privadas y al terminar la jornada de clases entrenas karate con todos los demás alumnos de tu padre, y por fin cuando crees que ya no puedes más tu rostro se ilumina al ver como tu padre trae tu Bokken con el cual entrenas más de la cuenta, sobre todo cuando él no te ve. 

 Amabas a tu familia más que a cualquier cosa en el mundo, tu hermana era la mejor siempre que salían recibía halagos y eso te daba vergüenza por las dos. -No te preocupes _____, yo sólo tengo ojos para amar y cuidar a mi linda hermana.- Eso siempre te reconfortaba. Kazumi siempre te protegía con su amabilidad la había heredado de tu madre, su cabello, sus ojos, incluso la sonrisa, tu linda hermana era una copia exacta de tu madre, tú eras la fortaleza de tu padre y la dulzura de tu madre, ambas combinaciones hacían de ti lo que decía el vendedor de flores una linda flor de cerezo, cada que decía esto te sonrojabas.  -Bella Kazumi deja que tu padre reciba a mi pequeño hijo, para que así tu hermana sea parte de nuestra bella familia- Kazumi sonreía al escuchar esto puesto que tu padre siempre se negaba, no sabías el porque de tantos rechazos hacía tus pretendientes, así que un día decidiste preguntárselo. -Mi bella flor de cerezo- Te miro tu padre con una dulzura y tranquilidad que tu nerviosismo desaparecía. -Cuando yo ya no este, tu serás la cabeza de esta familia, tu eres fuerte, podrás proteger a tu madre y a tu hermana - Cuando termino de decir esto tu lo miraste con toda la energía que podías y encerrabas tu puño levantándolo por arriba de tu cabeza. -¡Lo haré padre!, seré mejor que los demás, seré fuerte para cumplir la misión de proteger a mi amada madre y a mi apreciada hermana-. Tu padre te tomaba siempre entre sus brazos y te alzaba por los aires dándote un beso esquimal*