»✎ ° 𝙑𝙪𝙚𝙡𝙤 𝙖 𝙃𝙖𝙬𝙖𝙞𝙞 ✦ - 𝗦𝗼𝗼𝗸𝗮𝗶 ↲

Capítulo II

- 14 de agosto, 20:11 p.m. -

El castaño se paró frente a la puerta cargando con una bolsa de tela, esta iba repleta de aperitivos, algunos snacks y con la cual cargó en varios minutos de caminata. Ya tocaba el timbre esperando a ser recibido, miraba a sus pies y su visión enfocaba a lo que fuera. A veces estaba entretenido con tan solo observar pequeños detalles del entorno. No obstante, dentro de la casa, el dueño estaba dando unos toques finales a su acomodada vivienda. Se aseguró de tener todo en orden y decente para recibir a la visita. Voló hasta la puerta con el sonido del viejo timbre y se formó una luminosa sonrisa al ver a su invitado tras esta, que en gesto de dejarle pasar se apartó a un costado desde el interior.

– Adelante, caballero -decía de forma juguetona, claro que esperaba y le seguieran la corriente- ¿Me permite sus pertenencias?

– Que amable de su parte, aquí tiene -por poco y le arrojaba la bolsa que traía encima, se notaba su deseo de soltar su pesado equipaje- ¿Qué tal tu día, Soo?

– Dios, ¿traes plomo aquí adentro o algo así? -dijo el pelinegro a modo de queja, mientras lidiava con la bolsa, dejando esta sobre la mesa de su comedor-

– ¡Bah, no es para tanto! Yo cargué con eso durante unas cuantas manzanas y a pie -exclamaba y se volteaba a ver a su amigo, viéndolo sacar los diversos paquetes y embolturaa de comida-

– Cómo digas, Huening -dijo sin más revoloteando sus ojos-. Pues, fue un día de recados; dentro de todo normal, ¿y el tuyo?

– Nada importante en verdad, sólo esperaba a este momento de venir

Huening Kai se detuvo a mirar sus alrededores, teniendo a Soobin revisando todo lo que había traído y llevando cosas a la cocina. Le gustaba mucho ver los cuadros de las paredes, algun que otro souvenir adornando un mueble o hasta las plantas de interior. Hubo un momento en el que atravesó el pasillo que lo conducía desde la entrada a la sala de estar. Encontrándose con una curiosamente grande maleta marrón, parecía vieja y aún así estaba en buen estado. Era bonita, tenía un estilo Vintage y funcionaba con broches; no se limitó a ver la textura del cuero pasando su mano sobre este. Así pues, Kai seguía asombrado del tamaño que tenía, no había visto un modelo igual.

– ¿Y esto? ¿Te vas de viaje y no invitas? -interrogó con toda su curiosidad, y Soobin saliendo de la cocina le sonrió-

– Ya quisiera, apenas la limpié para que se conserve más. Quien sabe el tiempo que estuvo recogiendo polvo y mugre

– ¿Resultó tanto sacrificio? -preguntó con una leve risilla-. Nunca vi ninguna cómo esta antes

– Ya sabes cuanto puedo procrastinar -Soobin sonreía- Y pues me pude armar de voluntad para finalmente dejarla en condiciones

– Parece más un prototipo de ataúd portátil. Creo que hasta yo entro ahí, me puedes llevar de contrabando en algún viaje, ¡genial!

Esas ocurrencias de Kai le sacaron una carcajada a ambos. Y continuaban con bromas de índole similar, mientras el castaño seguía con su "inspección" en la casa. Al mayor no le molestaba y hasta parecía tierno cómo cureosaba todo lo que había. Ya en un momento se fueron a la sala y mientras Soobin se acomodaba en su sofá y contestaba dudas, Kai miraba fotos de la aparente infancia de su Hyung. Podía ver enmarcado las fotos de una familia de tres miembros, de una gran casona tipo rural; sólo sabía que el pelinegro era oriundo de Ansan. Que actualmente era de aspecto más urbano que en el pasado, pero era notorio que Soobin venía de un sitio de campo.

– Guau, ¡Ansan así se ve mucho más alegre! Mira esas flores, los árboles, se debía ver hermoso en primavera.

– Te debo confesar que si, lo recomendaba para visitar en esas temporadas. Y más con calores para ir a darse un baño al río -no negaba que una ola de nostalgia le hacía hablar endulzado. Había veces que extrañaba su niñez, pero eran pocas ocasiones; cómo esta-.