Capítulo 10

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La sangre roja bañaba el piso de el loft manchandolo con ese brillante líquido carmín e inundando el aire con ese fuerte aroma a sangre, hierro y acónito.
Gemidos de dolor y jadeos lastimeros se escuchaban en aquel lugar, seguido de algunas risas sarcásticas y uno que otro grito de dolor por parte de los lobos.

-¡Déjalo en paz!- exclamó Derek enojado al ver como uno de los Darach se acercaba peligrosamente a Isaac quién asustado retrocedía como podía.

El rubio estaba herido una pierna y se arrastraba por el sucio suelo retrocediendo de aquel hombre que caminaba hacia él con un arma en su mano. El recuerdo de su padre le llegó como un golpe a su mente y empezó a entrar en pánico.

Derek intentó levantase para ayudar a su cachorro, pero al instante otra bala de acónito se incrustó en su costado sacandole un grito de dolor e impidiendole levantarse.

Scott también intentó levantarse pero le fue imposible, lo tenían atado en una esquina con cuerdas de acónito que le quemaban la piel como fuego ardiente. Sus dos piernas estaban heridas y no sanaban...no podía hacer nada.

Veía a su manada siendo atacada y el siendo el maldito Alfa Verdadero no podía hacer nada para protegerlos.

Derek estaba en el suelo con su cuerpo siendo envenenado lenta y dolorosamente por la cantidad de acónito que tenían las balas, el veneno empezaba a recorrer su cuerpo lentamente, y sin poder sanar en lo más mínimo.

Peter estaba casi en la misma situación, pero el mayor de los Hale estaba haciendo un gran esfuerzo para mantenerse firme manteniendo a Lydia, Malia y Kira detrás de él intentando protegerlas.
Lydia temblaba asustada pero no herida, Malia intentaba sacarse las balas que tenía en la espalda y Kira trataba de ayudarlas mientras buscaba su katana disimuladamente.

Erica escupió sangre cuando recibió una patada en el abdomen justo donde tenía una bala incrustada. Boyd intentaba salir del círculo de serbal donde lo tenían encerrado a él y Jackson, para ir a ayudarlos.

Y Stiles.

O tal vez deberían decir, el Nogitsune.

Estaba de pie a unos metros de ellos. Con las manos en la espalda en un gesto totalmente despreocupado viendo como los Darach prácticamente torturaban a la manada.

¿Dónde estaba Jarek?
Había desaparecido de la nada justo cuando los atacaron.

-¡Déja a Isaac!- gritó Derek alzando la cabeza mirando con odio al Darach matandolo con sus ojos rojos de Alfa.

Isaac retrocedía asustado y llorando, negando con la cabeza intentando alejarse de ese tipo que cada vez se le acercaba más.

-Déjalo- dijo la voz suave y calmada de Stiles deteniendo todo el movimiento de los Darach al instante.

La manada vió entre asustados, temerosos y tristes a Stiles volviendo a ser ese maldito zorro psicópata.
La última vez ese zorro estuvo entre ellos, había cobrado dos vidas valiosas para la manada.

Nadie estaba listo para volver a verlo.

-¿Qué pretendes?- preguntó fríamente uno de los Darach mirandolo fijamente.

El Nogitsune no respondió.

Solamente se acercó hacia donde estaba Isaac, su mirada burlona y socarrona ponían más nervioso al pobre Isaac quién estaba pegado a la pared casi queriendo fusionarse con ella.
El Nogitsune ladeó la cabeza en un gesto divertido al ver la cara de pánico que tenía el chico.

-Yo me encargo de esto- sonrió maliciosamente el Nogitsune mirando de reojo a Scott quién puso sus ojos en rojo cuando la mirada socarrona del ser oscuro se posó en él.

Entre lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora