Capítulo 11

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A veces se preguntaba a si mismo ¿Cuál es su verdadera cara?

Siempre somos diferentes.
Y él lo sabía.

Siempre a los ojos del mundo fue una persona llena de vida, hiperactivo, sarcástico y bastante tonto.

A los ojos de sus amigos él era listo, inteligente pero idiota en algunas ocasiones.

Para sus enemigos era alguien débil a quién podían matar con facilidad.

Para otros era alguien molesto e irritante.

Y para él ¿Qué era él para si mismo?

Se preguntaba eso diariamente "¿Qué soy yo para mi?"

Cuando se miraba al espejo, veía una persona rota, cansada y miserable. Él podía ser un hermano leal para Scott, un hijo algo torpe para su papá, una pareja ideal para Derek, una especie de madre sobreprotectora para su manada y un dolor de cabeza para algunos enemigos.
Podía ser muchas cosas.

Pero...¿Quién era él en realidad?

¿Acaso era algo parecido a ese ser que ahora tenía frente a él?

-Puedo oír tus engranajes trabajando en tu cerebro, Stiles- le susurró el maldito zorro Psicópata sonriendole con una sonrisa macabra- ¿Cuándo el dulce y correcto Stiles empezó a tener pensamientos tan oscuros?- preguntó burlón.

Stiles lo fulminó con la mirada.

O más bien se fulminó con la mirada.

Estaban otra vez en ese lugar. Era un sitio totalmente blanco, con infinitas baldosas de marmol blanco adornando el piso y con el techo cubierto de grandes lámparas de luces blancas y brillantes dándole al ambiente un aspecto frío, vacío y sin vida.

Los dos estaban sentados sobre el tronco cortado del Németon, a pesar de que sabía que nada de esto era real, podía sentir la energía vibrante de ese árbol mágico bajo sus pies. Ambos estaban uno frente al otro, con un tablero de Go en medio de los dos.

El Nogitsune había vuelto a tomar su apariencia como aquella vez en el hospital y ahora se veí a sí mismo con cara de maniático sentado frente a él.

-Cállate- le gruñó observando como una de las manos pálidas del Nogitsune se movían empujando con uno de sus largos dedos una de las piezas del juego.

El Nogitsune soltó una carcajada seca y sarcástica con su voz, haciendolo sonar extremadamente psicópata otra vez.

-Stiles, Stiles, Stiles- canturreó el zorro oscuro mirandolo con sus escalofriantes ojos negros, sus oscuras ojeras bajo sus ojos le daban un toque más tétrico- Sé bien quién eres y qué eres, no sé porqué dudas tanto de ti mismo- bufó rodando los ojos dramáticamente antes de sonreirle.

Stiles se estremeció levemente cuando los largos y afilados colmillos del zorro se asomaron tras sus labios. Eran casi tan largos y afilados como los de los lobos.
No eran como los horribles y asquerosos que tenía aquel ser con vendas, eran más bien como los colmillos caninos.

-¿Así? ¿Y qué soy estonces?- le preguntó frunciendo el ceño mientras movía una de las piezas negras del juego quitandole una pieza al contrario.

Pero el Nogitsune no perdió su escalofriante sonrisa, solamente se quedó mirandolo a él.

-Eres muchas cosas. Eres un humano que se volvió un Elfo, un mortal que ahora es inmortal, eres un Stiles en medio de lobos. Pero a pesar de todo- el Nogitsune no lo dejó de mirar y se inclinó hacia adelante- Tú eres mío- le susurró como si le estuviera diciendo algo sumamente importante.

Entre lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora