Anhelo, andar descalzo en un jardín rodeado de gardenias, el niño más triste pintaré, en el lienzo que me espera bajo los besos de Apolo.
Sus ojos; los más grandes y sus pestañas largas y rizadas, vestido estará de seda sobre su piel de leche y miel.
La brisa moverá sus rizos de oro con delicadeza, él verá hacia el cielo, verá con su mirada cansada y soñadora: la nostalgia es arte.
Como una cajita musical, describiría su mente si eso fuera posible, pues lágrimas caerán por sus mejillas, y detallaré en ellas colores hasta que se pueda percibir una sutil melodía.
Desgarradora será la escena, ese es el efecto de una lenta muerte: ellos dirán que es melancolía y yo les diré que es arte.
De su cuello caerán flores de jade: una por el dinero, dos por el espectáculo, tres por siempre haber estado listo y cuatro por siempre dejar a todos atrás.
Recrearé la pequeña sonrisa que siempre dijo haber estado bien; sus mentirosos labios de corazón rosados.
Ellos preguntarán el significado del retrato.
Yo diré: he ahí la persona que sabe que vive en un bulo, el que se hace el desentendido con tal de cumplir el dictamen de la fe...
Callará por siempre a pesar de que lo sabe desde niño, llorará para siempre por sentirlo todo ficticio.
Él verá hacia el cielo hasta que el mundo deje de parpadear.
Ellos especularán sobre mi tristeza, yo reiré que soy un artista.
Fin.
***
Bueno v: este es un milagro porque soy de esas personas que les cuesta terminar algo que empiezan, pero lo hice, así que eso me hace feliz, ¡gracias por leer!
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La casa frente al cafetal
De TodoEscritos y poemas vagos de un trágico joven solitario.
