Ponerse en peligro no es lo mejor

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Bien, en muchos capítulos hemos hablado sobre mis travesuras y las consecuencias de estas pero de seguro recordarán que tengo un hermano menor que recientemente tiene 12 años. Él se llama Nathan y siempre es un chico bastante tranquilo pero hay algo que amaba por sobre cualquier cosa en la tierra y eran los videojuegos. Cómo cualquier chico de su edad el tema de conversación en la escuela era el estreno de un nuevo videojuego o probar algo peligroso que salió en uno de ellos. Uno de los castigos de Nathan fue por esto último.

Era una tarde bastante tranquila y yo me encontraba en el patio bajo un árbol leyendo un libro, Nathan en cambio se encontraba en su habitación jugando a unos videojuegos con sus amigos los cuales últimamente están viniendo todas las tardes después de la escuela para jugar.

-- Oye Nathan, ¿viste la acrobacia en esta escena? ¿No sería genial realizarla? -- Dijo Kevin, uno de los amigos de Nathan.

-- Si sería genial pero no sería seguro. La acrobacia es con una moto y nosotros somos demasiado jóvenes para conducir una.

-- Mi hermano me regaló un hace un tiempo, es de menor tamaño pero es verdadera, la podemos usar para realizar esa acrobacia -- Dijo Joaquín, el otro amigo, siempre iban los tres juntos a todos lados.

-- Chicos no lo veo seguro y como haga eso y mis hermana se enteren no será bueno para mí -- Dijo Nathan a pesar de nunca haber recibido nalgadas.

-- Vamos no seas gallina Nathan, será genial y seremos los más cool de la secundaria si lo hacemos -- dijo Kevin.

Nathan lo pensó por un largo rato hasta que al final terminó aceptando la idea. Ahora sólo había que planearlo todo y ver en qué día se iba a realizar la acrobacia. Yo aún estaba en el patio y no había escuchado nada de lo que los chicos planeaban pero si estaba al tanto que aquella acrobacia era una qué muchos adolescentes habían intentado y muchos habían salido gravemente heridos. En ningún momento pensé que mi hermano fuera capaz de hacerla ya que él era un poco cobarde para esas cosas por lo que nunca le prevenía sobre esos peligros.  

Pasaron los días y los chicos que tenían todo planeado, el día en el que iban a realizar aquello, el horario perfecto y la moto qué se iba a usar. Nathan ya estaba muy nervioso y replanteándose si la locura que estaba apunto de hacer era segura o no. 

-- Pero esperen, ¿Por qué debo ser yo el que hace esta acrobacia y no uno de ustedes dos que son los que querían hacerla? -- dijo Nathan mientras le hablaba a sus amigos estando en su habitación.

-- Por qué para hacer esto tiene que ser alguien delgado y de menor tamaño por el peso. Yo soy más gordito y Joaquín es demasiado alto para la moto. Tu eres el perfecto de los tres para realizar esto.

-- Acaso te estas hechando para atras Nathan? No me digas que eres cobarde jaja -- dijo Joaquín dando un golpe en el hombro de Kevin como si hubiera hecho el mejor chiste. 

Nathan miró a sus amigos, en efecto tenía miedo pero no iba a dejar que sus amigos vieran eso, suspiró para luego tomar el valor para reir.

-- Claro que no tengo miedo, no soy un cobarde así que vayamos a la colina para que podamos hacer esa acrobacia -- dijo Nathan finalmente. Kevin y Joaquín sonrieron para luego agarrar la cámara para grabar el momento de la diversión y subirlo a las redes sociales. 

Yo me encontraba en mi habitación cuando por la ventana veo que los tres jóvenes salían de la casa, sentía que tramaban algo así que bajé las escaleras para seguirlos. No me gustaba hacer eso pero sentía que algo no iba bien. Al cabo de unos 25 minutos llegamos a dos colinas llamadas "Las colinas gemelas de la muerte" por los ciudadanos de la ciudad; tenía ese nombre por que era una colina de varios metros de alturas, en frente tenía  otra colina idéntica y en el medio una caída de varios metros que llevaba directamente al océano por lo que  se podía entender por que era llamada así. Se decía que hacen muchos años en ese punto había un puente que se rompio cuando unos aldeanos pasaban por él, nunca se supo nada de los aldeanos ya que se perdieron en las profundidades del océano. La acrobacia era sencilla pero a la vez muy peligrosa, debías saltar de una colina a la otra haciendo una vuelta de 360° en el medio de ambas, si algo sale mal irías a parar al medio de océano. 

La familia Banz-BourneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora