"¡Que pésima idea!"
Eso parecía pero que remedio quedaba si Osamu era el único quien podía ayudarlo... O ¿ayudarla?...
-Chuuya se vió afectado por una habilidad que lo ha convertido en mujer, debe buscar al culpable y hacer que lo vuelva a su forma...
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Durante los últimos días, recibe constantemente regalos y obsequios "anónimos".
Según anónimo porque no había forma de que no supiera quién los enviaba.
Sus regalos oscilan entre flores, ropa, dulces. Todo especialmente escojido bajo sus gustos; obviamente el que lo manda es alguien que lo conoce como nadie más.
Sin embargo, lo más sobresaliente era que nunca se encontraba con su mandadero o con la persona que lo dejaba. Siempre tocaban a su puerta a las 8 de la noche y el regalo del día estaría ahí, sin una explicación, sin notas, solo el obsequio.
La primera vez fue muy extraño abrir su puerta y encontrar un oso de peluche sentado en el pasillo, como esperando a que saliera. Él lo recogió con cuidado, buscando algo que explicará qué hacía eso ahí. Llegó a pensar que a una vecina se le calló, así que lo guardo hasta que vinieran a buscarlo.
La situación cambio cuando, al siguiente día, a la misma hora, salió porque escuchó el llamado en su puerta. Había otro peluche, este era de un cachorro que Chuuya recogió rápidamente porque era la cosa más tierna del mundo.
Después, fué una caja de chocolates; más tarde una gargantilla y un sombrero. Vale, que ese hombre se atreviera a regalarle estos accesorios, a pesar de que siempre se quejaba de ellos, ya le daba puntos extras.
Y sí está era su forma de pedir perdón por las veces en las que fue un idiota... Ya lo había perdonado.
En caso de que fuera la manera de enamorarlo... Ya lo había enamorado.
Pasaron 6 días con esta situación, repitiéndose a la misma hora. En verdad está agradecido con los detalles, pero al menos espera ver la cara del hombre, es decir, qué estaba planeando con todo esto.
La respuesta llega en el séptimo día, exactamente a las 8 de la noche cuando tocan en la puerta de su departamento. Él se dirige a abrir sin prisas, pues ya en otras ocasiones intentó atrapar a quien dejaba los regalos, y sin embargo nunca tuvo éxito.
Ahora ni siquiera buscaba toparse con otra cosa que no fuera su regalo. La sorpresa que se llevó al abrir la puerta y ver a Dazai ahí parado, sonriendo. Y joder, se ve tan guapo está noche con la mitad de su cabello recogido y un traje negro, pulcro que lo hace ver elegante...
Todo lo contrario a como está Chuuya en este momento, porque ni siquiera tiene puesta una camisa.
Bueno, acababa de ducharse cuando escuchó el timbre y como no esperaba a nadie, simplemente optó por salir así, solo con su pantalón.
Entonces el que recibe el peor golpe de la inesperada reunión, es Dazai.
Nunca consideró ver a él pelirrojo parcialmente desnudo. El impacto es enorme y no puede evitar el sonrojo de sus mejillas.
Muy bueno... Jodidamente bueno.
Solo puede fingir que es fuerte, mordiendo su propio labio y apretando hasta el punto del dolor, su puño. Aún así, el pelirrojo nota su vulnerabilidad, así que pregunta seductoramente.
