_Mírame Lexa, soy una bestia y créeme cuando te digo que todos estos años estuve conteniéndome para no cazarte...lamentablemente mi paciencia ha llegado a su fin, ya es hora de que tome lo que es mío.
...
Gris, hoy es un día gris. Es extraño teniendo en cuenta que Polis es una ciudad soleada la mayor parte del tiempo. Cuando me levanté y me asomé por la ventana lo primero que vi fue una manta de nubes negras cubriendo el cielo. Tal vez más tarde llueva.
Hablando de oscuridad, toda Polis amaneció conmocionada por el incidente con el león o "la bestia" como lo llaman los más supersticiosos. El director dio un extenso discurso apenas llegamos, apoyando a las dos víctimas del atentado: Jennifer Carvi y Austin Paige, los conozco bastante bien porque compartimos algunas clases. Aún sigo shockeada.
La policía informó que Austin declaró haber visto "una criatura mucho más grande y feroz que un león común y corriente" yo creo que la mezcla de alcohol y drogas lo hizo alucinar un poco.
Por otro lado Jeniffer afirmó que el león era en realidad una hembra, o al menos eso parecía debido a su falta de melena.
Ojee una vez más el reloj en mi muñeca con aburrimiento, hace media hora que terminé todos los ejercicios de cálculo que el profesor mandó a hacer. Amo las matemáticas, ese detalle solo me hace ser más rara a los ojos de mis compañeros.
Pasaron otros veinte minutos más hasta que el señor Brown, el profesor de matemáticas calvo y simpático, se levantó de su asiento.
_Bien chicos, se acabó el tiempo. Ahora, ¿Quién quiere pasar al frente y resolver los ejercicios en la pizarra?_ me quedé callada para darle la oportunidad a los demás de hacerlo ya que yo siempre levanto la mano, sin embargo, los minutos pasan en silencio y todo se sintió tan incómodo que el señor Brown comenzó a tambalearse nerviosamente sobre sus pies. Miré hacia atrás y casi todos arquearon una ceja en mi dirección, por supuesto que sí.
_Yo lo hago_ dije finalmente derrotada, parezco la única alumna de esta clase.
_Oh Lexa, gracias por salvarnos una vez más. De cualquier forma quiero que otra persona participe al menos resolviendo uno de los ejercicios, no puedo permitir que siempre hagas todo tu_ el profesor tocó mi hombro cuando pasé por su lado y yo solo me encogí de hombros acomodando mis lentes, odio ser el centro de atención.
_Claro_ susurré avergonzada.
_Mmm...entonces...Anna ¿Qué te parece si haces el ejercicio tres? Es el más fácil de todos_ el profesor apuntó con su bolígrafo a una de las chicas sentadas en la tercera fila.
_Seguro_ contestó ella poniéndose de pie, al menos ahora no me siento tan sola y expuesta.
Comencé a resolver la mayoría de los ejercicios con bastante rapidez por dos razones: no eran difíciles y quería volver cuanto antes a mi asiento. Estaba concentrada en mi trabajo cuando mi cuerpo tembló levemente. Paré por un momento y mis ojos se dirigieron casi inconscientemente a la puerta, podría jurar que había alguien allí hace solo un instante porque, aunque no haya visto nada siento una presencia extraña.
_¿Lexa?_ Anna tocó mi hombro provocando que me sobresaltara un poco.
_Lo siento, me distraje un poco_ le dediqué una sonrisa forzada y continué con mi tarea no sin echarle algunos vistazos ocasionales a la puerta. Eso fue raro.
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