Capitulo 8 -3/5

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-De todas maneras sigo pensando que es muy pronto –Dijo.

-Yo igual amiga, creo que tendrán que esperar un poco para que se aclaren las cosas.

Al terminar nuestra conversación volvimos al comedor en busca de nuestros amigos, pero solo estaban Dustin y Niall hablando con Zayn. Belén al ver a su hermano sonrió, no lo había visto, desde que el campamento comenzó, aunque fueran simplemente dos días, nunca habían estado tanto tiempo separados.

-Hola chicos –Dije una vez a su lado

-¡Hey! –Dijeron todos.

-¿Qué hacían? –Preguntó Belén

-Nada, sólo hablábamos –Dijo Niall

-Qué aburridos –Comenté- No sé ustedes, pero yo tengo cosas que hacer así que les dejo a mi amiga en su poder.

-Siempre estuvo en mi poder –Dijo Zayn

-Disculpa, yo no soy tu títere como para que tengas algún poder en mí –Contradijo su hermana

Y antes de que comenzaran a pelearse Dustin, Niall y yo salimos de ahí. Nos dirigimos hacia la plaza. Niall y yo nos subimos a uno de los sube y baja mientras que Dustin se columpiaba lento, estábamos cantando hasta que mi celular interrumpió. Mi padre.

-¿Que pasó pa?

-Hija ven a mi oficina, ¿puedes?

-Claro, voy para ahí –Colgue- Chicos, mi padre me necesita, luego los veo.

-Adios! –Dijeron

Caminé hacia la oficina de papá, de verdad no sabía que era lo que necesitaba, pero ya lo averiguaría. Llegué y pase.

-Aquí estoy, ¿Qué necesitas?

-Solo saber cómo estabas… -Dijo dulce

Sonreí-Bien, gracias pa, ¿y tú?

-Pues bien, preocupado por ti, ¿has tomado los remedios?

-Claro –Mentí con mi mejor sonrisa

-Bien… Te extraño hija, ¿sabes?

-Yo a ti pa –Lo abracé, lo notaba algo triste- ¿Qué es lo que sucede?

-Pues, estamos a 6 de enero, dentro de una semana…

-Otro año sin mamá –Dije bajando la cabeza para que no notara las lágrimas que salían de mis ojos.

Nos volvimos a abrazar y me dijo que se tenía que ir a una reunión en la ciudad y que los animadores quedarían a cargo, nos despedimos y se fue.
Me senté en su silla y deje que las últimas lágrimas del momento se fueran, lo cual no fue buena idea, porque rompí en llanto. Lágrimas de dolor me quemaban las mejillas, mi nariz goteaba agua, sentía la misma sensación de vacío de todos los años a estas fechas. Y lo odiaba, odiaba sentirme así. Lo peor, es que podía dejar de llorar, sí, pero el dolor permanecía ahí cada minuto, cada segundo que pasaba de mi vida.

El verano que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora