Capitulo 7

34 2 0
                                    

 La verdad es que estaba muy confundida. Y necesitaba saber qué diablos quería mi padre con Carlos… Tenía la mirada fija en la ventana

-¿Oye que te ha pasado linda? –Me dijo Belén

-Nada grave, me caí en el bosque… -No quitaba mis ojos de ahí

-¿Qué tanto miras para afuera? –Intervino Louis

-Nada –Miré a los chicos- Ah, por cierto no podré asistir a las clases de baile por dos semanas

-Oh ____(tn) –Se lamentó Niall

-Luego recuperaré las clases, no es eso lo que… -Vi a Carlos entrar por la puerta, su cara era neutral, no podía saber si estaba asustado, alegre o triste, no podía saber nada. Se acercó  y tomo asiento a mi lado.

-¿Y? ¿Duele mucho?

-Más o menos, gracias por preocuparte.

-¿Has tomado la medicación? –De un momento a otro Carlos se comportaba como mi padre y eso me molestaba, no por el hecho de que se comportara así, si no que estaba segura de que lo que mi padre le dijo tenía que ver con su comportamiento.

-Si Carlos…

-Chicos, el recreo terminó, hay que volver a clases –Dijo Louis a lo que Logan se quejó

Belén se paró y se fijó en los horarios –Logan y Niall tienen clases de guitarra. Louis tu y yo tenemos baile, Carlos y _______(tn) literatura y Kendall… Aquí no estas…

-Oh, sí, yo tengo los horarios en mi mochila –Los saco- Guitarra… Creo que iré con ustedes chicos –Miro a Niall y a Logan

Todos los chicos salieron, excepto Kendall que se acercó a mí.

-Recupérate pronto ¿sí? –Su voz sonaba muy dulce

-Claro, gracias Kendall

Cuando por fin quedamos a solas con Carlos le dije:

-Oye ¿qué te ha dicho mi padre?

Río –No quiero llegar tarde a literatura, luego de clases te digo

-Okay…

No era cierto… ¿Ahora se hacia el interesante?                Oh por dios, ¿tan difícil es repetir las palabras de mi padre? ¿Por qué Carlos me hacía intrigar tanto? Ash. En fin, me levante como pude y fuimos hasta el salón.

-Hola chicos, ¿cómo están?

-Bien –Respondimos juntos

-Bueno, mi nombre es Christian y seré su profesor de literatura. Antes que nada quería dejar en claro algunas reglas, no me gusta el ruido tienen que estar callados cada vez que hablo y cada vez que les asigno un trabajo, no pueden tener ni una falta de ortografía –Hizo énfasis en “NI UNA”- No permito que me interrumpan cuando estoy hablando y quiten esa ara de miedo que todo esto es una broma –Se rio- Se la creyeron, ¿verdad?

Reímos, lo admito, por un momento me asusté, creí que me haría la vida imposible.

-Pero hay una cosa que si es verdad y es que no me gusta que me interrumpan cuando estoy hablando.

Luego de eso, nos comentó cómo serían las clases, en que trabajaríamos y que el proyecto final sería entregar una novela con todos los métodos aprendidos en el año. La clase fue muy divertida, más que la de canto sin duda. Sonó el timbre que marcaba el fin de la clase, ente clase y clase teníamos 10 minutos, para lo que sea, ir al parque, a la cabaña, al bosque, etc.

-Carlos…

-Dime

-No, tú dime

-¿Qué cosa?

-Oh vamos Carlos… Lo que te ha dicho mi padre

-Lo sé, solo que me gusta cuando te enojas –Sonrió- Pues nada, me ha dicho que no sabe cómo ni por qué, yo me he vuelo alguien muy importante para ti, y que te has lastimado buscándome, me dijo que te cuidara, porque vales oro para él…

Esperen. ¿Cómo qué papá le había dicho a Carlos que era muy importante para mí? ¿Cómo lo sabía? Ni siquiera yo sé si Carlos es especial… Sí lo es, pero no de esa forma, mi padre piensa que me gusta… ¿Pero saben qué? No conozco el amor… Nunca me he dado la oportunidad de amar a alguien… Pues en la secundaría ni siquiera tenía amigos… A sí que nunca podría estar enamorada de alguien, y menos de un chico que conozco hace un día y medio.

-Te has quedado callada… -Dijo mirándome

Yo tenía la mirada baja, no entendía nada, de repente comencé a preguntarme cómo sería estar enamorada, tener a un chico que te quiera, te respete y sobre todo que te haga feliz… No lo sabía, pero quería hacerlo. Quería conocer al amor, quería enamorarme y si podía… Quería que a la persona que amara, me amara también.

-¿Carlos?

-Si pequeña…

-¿Alguna vez has estado enamorado?

Me miró y lo miré, tenía la mirada profunda e indescifrable.

-Sí, lo he estado

-Y… ¿Es bonito? Me refiero… ¿Cómo se siente?

-Okay, hagamos algo, después de cenar, cuando tengamos tiempo, te contesto, ¿sí?

-Claro… -Le sonreí- Gracias

Me devolvió la sonrisa y me ayudo a pararme. No tuve muchas clases más… La de batería, guitarra y tenía dos de baile, pero no podía asistir. El hecho que tuviera una lesión en el tobillo no quitaba que pudiera ir a mirar como bailaban los demás.

La clase ya había empezado y me sentía mal por interrumpir, pero de todas formas lo hice. Toqué la puerta.

-_____(tn), ¿qué haces aquí? Tu padre me dijo que…

-Sí, se lo que mi padre te dijo –Le sonreí- Pero he venido a mirar, claro, si usted me deja.

-Por supuesto niña, pasa y toma asiento en mi escritorio.

-Gracias Rachel…

-¡Bien, sigamos! –Puso la música- Y uno, dos tres…!

Deje de escucharla para ver como bailaba Kendall, no lo hacía bien, tampoco lo hacía taan mal, pero me causaba gracia, y no pude evitar reírme, por suerte la música estaba lo bastante alta para que no se oyera. Pero pude notar que Kendall me miraba cada vez que podía.

La clase había terminado, y cuando todos se retiraron el chico rubio con ojos verdes se acercó a mí, secándose el sudor con una pequeña toalla bordó.

-Te vas cansado –Reí

-Sí, y lo estoy… Pude ver cómo te reías de mí eh… -Sonrío

-Lo siento –Dije entre carcajadas- Es que, no lo pude evitar…

-Sí, sé que tengo que mejorar y por eso estoy aquí

-¿Qué clase tienes ahora?

-Baile de nuevo… -Se quedó un rato callado- ¡Oye! ¿Y si vamos a los columpios? Estoy muy cansado, sé que es el primer día, pero no estoy acostumbrado.

-No creo que sea una buena ida Kendall…

-Oh vamos _____(tn) ¡por favor!

Reí –Me has convencido chico, vamos.

Kendall me agradeció, y cuando todos entraron a sus respectivas clases nosotros nos fuimos a los columpios.

-Creo que no hay nada que te guste más que esto, ¿verdad?

-Oh, no, si hay algo, los arco iris dobles, ¡LOS AMO! –Reímos por un rato.

Yo no podía hamacarme mucho, pero Kendall si, y lo hacía muy alto. Cada vez que lo miraba recordaba mi sueño, sobre todo el beso…

-Hey, Kendall…

-¿Si? –Dijo en lo alto

-Necesito contarte algo…

El verano que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora