Capitulo 8 -4/5

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Cuando me calmé un poco me sequé la cara con la punta de mi manga derecha y soné mi nariz con unas servilletas que papá guardaba. Me dolía el corazón y lo único que necesitaba era un abrazo y un “Ya pasará” aunque sabía que nunca se pasaría. Me fui hacía el bosque, me subí a uno de los árboles y me quede un rato cantando por lo bajo. Era de noche y el bosque estaba algo oscuro, pero aun así permanecí en el árbol. No tenía idea de la hora, pero tampoco me interesaba, no tenía ganas de ir a comer y mi padre no estaba para decirme que no me podía saltear la cena, aunque fuera una comida liviana, así que podría permanecer ahí sin preocupaciones. Cerré los ojos esperando que mi imaginación me llevara a un lugar cálido, con mi madre devuelta y esperando el sueño que nunca llego me dormí.

-¡_______(tn)! –Gritaba alguien con tanta intensidad que me despertó.

Con los ojos entre abiertos saqué mi celular y miré la hora 2:57AM. ¡¿Qué?! ¡No podía haberme quedado dormida tanto tiempo arriba del árbol!

-¡________(tn)! –Volvieron a gritar. Ahora eran más voces y se oían más cerca. Se notaban preocupados.

Me puse nerviosa porque no sabía si decir que estaba aquí o quedarme callada, esperar a que se fueran para luego irme. Decidí bajarme del árbol con cuidado y seguir las luces, que supongo eran de linternas, corrí y choqué con la espalda de alguien. Di unos pasos hacia atrás y al verme se sorprendió y sus ojos se llenaron de lágrimas, al igual que los míos, comencé a llorar y corrí a sus brazos en busca de consuelo. Solloce unos segundos en su pecho y gritó “¡La encontré, la tengo, está aquí!” tres chicos, cuales no reconocí por la falta de luz se acercaron y dijeron cosas que no logré a oír. Estaba muy abrumada y necesitaba descansar.

-¿Estas bien cariño? –No contesté- Tranquila, estamos aquí para ayudarte ¿sí? Ahora te cargaré y te llevaré a la cabaña.

Rodeé su cuello con mis manos, me miro y me dedicó una sonrisa tranquilizadora, las últimas lágrimas salían de mis ojos y me dormí.

-¿Mamá? –Se me corto la voz- ¡Mamá!

Era ella. Corrí llorando hacía ella, no lo podía creer, era imposible que estuviera ahí parada. Volví a gritar pero no se dio vuelta, una vez frente a su espalda puse mi mano en su hombro y casi sin voz le dije:

-Soy yo, tu hija, mamá soy ______(tn)

Se dio media vuelta y tenía la cara deformada, llena de sangre, no… No podía ser, no era ella. Desesperada por la confusión me eche a correr como nunca en mi vida y casi muero al ver a mi padre tumbado en el piso con sangre en su pecho.

-¡Papá! –Grite llorando- ¡Papá despierta vamos! ¡Despierta, quédate conmigo! ¡Papá vuelve a mí!

Y de un momento para otro vi a mi madre con un cuchillo bañado en sangre parada frente a mí.

-Él no volverá contigo –Y me mostró su sonrisa más maligna posible.

-¡NO! –Me desperté gritando.

La peor pesadilla de toda mi vida, lo juro. Mi respiración era muy agitada y volvía a llorar. Vi a Carlos salir corriendo del baño hacía mi cama, que no era la mía sino la de Carlos.

-¿_____(tn) qué ha pasado? –Dijo preocupado

-He… he… -No podía dejar de llorar. Respiré profundo- He tenido una pesadilla horrible.

-Oh pequeña –Me abrazó muy fuerte.- Aquí estoy, ya todo ha pasado, ¿sí? Estoy contigo.

El verano que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora