Capitulo 8 -5/5

42 1 0
                                    

Una vez más tranquila entré al baño y me duche, la verdad es que me hacía falta una ducha de estas para relajarme. Me vestí, cepille mi cabello mojado, lavé mis dientes y salí del baño. Vi a Carlos sentado en su cama y le sonreí como pude.

-Oye… -Dije

-Shh- Me calló- Ven, siéntate- Le hice caso y me senté frente suyo- ¿Quieres hablar de lo que ha ocurrido ayer?

-Pues… Sí.

-Bien, tranquila ¿sí?

Asentí- Bien, pues luego de la merienda me he ido a hablar con Belén, para aconsejarle, más que nada. Luego volvimos al comedor en busca suya, pero solo estaban Zayn, Niall y Dustin, como Belén y Zayn iban a comenzar una pelea los chicos y yo nos fuimos al parque y unos minutos después me llamó papá pidiéndome que fuera a su oficina y sin preguntarle para qué fui. –Hice una pausa- Una vez ahí papá me dijo que me extrañaba, y me abrazó, sabía que algo no iba bien y le pregunté, me dijo que dentro de una semana… Sería otro año sin mamá –Me contuve las lágrimas- Luego me dijo que tenía una reunión en la ciudad y se fue. Yo me quedé un rato en su oficina y no podía parar de llorar, me sentía dolida, el mismo vacío de todos los años. Una vez que ya me había calmado me fui hacía el bosque, me subí a un árbol y me quede cantando por unos minutos, y bueno, pues, luego me dormí y eso.

Carlos me contempló en silencio unos minutos y me abrazo.

-Lo siento mucho _____(tn). Ayer de verdad me preocupé por ti, ¿sabes? Cuando salí a buscarte Niall se despertó y me acompañó y nos encontramos con Dustin en el camino, te estuvimos buscando por una hora y media, te buscamos por todo el campamento.

-Lo siento.

-No te lamentes cariño, vamos ¿quieres ir a desayunar?

-Claro, ¿qué hora es?

-8:28AM, todavía hay tiempo. Pero primero toma tu remedio.

Asentí y busqué mis pastillas, tomé una botella de agua que había dejado en el escritorio y me tragué el analgésico.

-¿Lista?

-Sí, claro. Vamos.

Salimos de la cabaña y fuimos a desayunar, ninguno de los dos hablaba pero el silencio era agradable. Nuestras manos se rozaron y me sonrojé, nos miramos de reojo y sonreímos.

Llegamos al comedor y no vi a papá, seguí a Carlos y cuando llegamos donde los chicos Kendall y Dustin estaban ahí. Todos me miraron, pero nadie preguntó nada, lo cual se los agradecía, porque no tenía ganas de hablar sobre eso.

El verano que me cambió la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora