MI LIBRO DE IDEAS (DE CIENCIA FICCION)

PROLOGO MAX #1

Huele a pasto... A pasto mojado... No, mas bien a petricolor. Hermoso olor de lluvia. Lo recuerdo de muchos viajes que he hecho a lo largo y ancho de la galaxia. Planetas donde llueve, algunos de forma ocasional, y otros donde nunca para de llover. Hasta ahora ha sido mi olor preferido, el que mas vivo me ha hecho sentir.

Je, si no estuviera usando estos aparatos a los costados de mi cabeza, probablemente estaria sintiendo el olor en su lugar, ¿O quizas lo estaria escuchando? No estoy muy seguro, mi sinestesia varia demasiado. Sin mis aparatos, probablemente estaria escuchando las montañas al horizonte sollozar, al rio al final del acantilado cantar, a los arboles a nuestro alrededor como armonicos de piano, al atardecer como un bello violin, a Lucy...

Curiosamente, Lucy no produce ningun sonido, pero si algo mas. Ella brilla, resplandece radiante, brillando, casi cegando, tonos azul claro muy hermosos, preciosos. Dejando entrever todo lo bueno que ella es, dejando ver su comprension, su afecto, su determinacion; conceptos abstractos que solo existen en la mente humana, saliendo a flote a la realidad, dejando de ser una simple idea o forma, pasando a ser algo material, algo real...

Claro que todo eso solo lo experimento yo, y solo si no tengo mis aparatos puestos. Tristemente mi vida me impide tener distracciones de este estilo, se necesita mi concentracion al maximo, cada minuto, cada hora, cada dia... ¿Porque no solo puedo quedarme asi para siempre? ¿Porque cada vez que estoy bien, feliz, tranquilo, tengo que despertar?

Esta Lucy a mi lado, ambos sentados en una antigua mesa de picnic, como las existentes en siglos pasados, viendo al sol esconderse tras las montañas. Ella me voltea a ver, y me habla. No la comprendo. No entiendo que quiere decir. No es que no la escuche bien, o que no comprenda sus palabras, es que mi mente simplemente no puede procesar lo que dice.

Aun asi hablo, o almenos eso creo, tampoco logro comprender lo que yo mismo digo. Paso una eternidad hablando, asi se siente, y ella rie al final. Esta emocionada, puedo verlo por el movimiento de su cola, ademas de que tiene un tic en las orejas. Me pregunto de que estaremos conversando.

Entonces despierto, otra vez...

P R O L O G O

Me siento en mi cama un momento. Al lado mio hay una pequeña mesa, con varios objetos sobre ella: un par de aparatos, un cristal rectangular, y una barra delgada de metal.

Tomo el par de aparatos y los coloco detras de mis orejas. Y de repente, todo se pone silencioso. Todo el ruido, los colores, las sensaciones, los olores, todo desaparece al momento luego de ponermelos. Debido a mi sinestesia, tengo que tenerlos puestos practicamente todo el dia. Funcionan como mi ancla a la realidad. Sin ellos, es como si no estuviera en este mundo o en esta realidad.

Con tanta tecnologia como la que tenemos seria tan facil como hacer unos cortes ahi y alla, juntar eso y aquello, y ya no necesitaria estos aparatos. Sin embargo, no me permitieron hacerme dicho procedimiento.

Hace siglos que la sinestesia dejo de presentarse en humanos. Asi que yo soy como una atraccion para cientas de organizaciones cientificas a lo largo y ancho de la galaxia. Aprovechan mi sinestesia y mi intelecto para hacer diversos estudios de todo tipo. Sin duda soy especial.

El cristal que hay sobre mi mesa es un simple ayudante personal. Algo asi como un celular, pero con una inteligencia artificial integrada. Es bastante util en muchas cosas.

Y la barra de metal... Vaya basura mas ofensiva y racista que he visto. Desde antes que yo naciera esta en vigencia una ley en toda la galaxia, que exige que todo aquel que no mida mas de 192 centimetros de altura tendra que implantarse una antena en la parte trasera de la cabeza para... ¿Llenar la altura faltante?... Yo con todo mi intelecto aun no me explico como se les ocurrio tal estupidez.

Esto claro afecta a todo aquel que no cumpla con la mayoria de estatura. Yo mido exactamente 166 centimetros de altura, y hace casi una decada que deje de crecer. Asi que recien me gradue de la universidad y con 14 años de edad, fui sometido a esa operacion. Ahora todos los dias antes de salir a trabajar, tengo que ponermela, para atraer las miradas extrañas de todos los demas.

Bien, aqui vamos. Me levanto de mi cama y me dirijo a la ducha. Me gustaria ducharme manualmente, pero tengo mis actividades de hoy organizadas muy justamente, asi que tendra que ser rapido.

Entro a la cabina e ingreso los ajustes de siempre, agregando que sea un poco mas rapido. Presiono un boton, y comienza la ducha. Me quedo de pie en el centro de la cabina, mientras esta hace su trabajo. Hoy me hubiera gustado no tener tanta prisa para poder disfrutar de la ducha, pero tengo demasiados lugares a los que asistir hoy. Tendra que ser otro dia.

Terminada la ducha, comienza el secado automatico, asi pierdo aun menos tiempo. Me gustaria que no fuera tan ruidoso. Despues del secado, salgo de la cabina y me dirijo a mi vestidor. Selecciono en el panel incorporado en el lo que quiero ponerme para hoy. Nada demasiado especial, una camisa blanca de botones, un pantalon azul oscuro de vestir, un saco negro y unos zapatos de vestir, negros tambien.

Estoy listo, duchado, vestido, falta el desayuno. Justo estaba saliendo de mi cuarto cuando recuerdo una estupidez:

-Agh la antena...

Fue tal mi fastidio que no pude evitar decirlo en voz alta. Me volteo hacia la mesa al lado de mi cama y tomo mi antena. El asistente no lo necesitare hoy.

Mientras camino hacia la cocina colocandome la antena, escucho detras mio una voz femenina.

-¿Tan temprano y ya poniendote la antena? -Me pregunta algo extrañada.

Esa voz es de Lucy. Si esa tal Lucy de mi sueño de hace un momento. Ella es mi compañera de apartamento desde hace casi cuatro años ya. Se le ofrecio un trabajo aqui en la ciudad, e incluso se le brindo un apartamento compartido. El apartamento compartido fue conmigo. Al principio fue complicado vivir con alguien tan... Diferente a mi, pero con el tiempo me acostumbre a estar con ella. Ahora nos llevamos muy bien.

-Si, tengo prisa, tengo muchas cosas que hacer hoy. -le contesto mientras sigo caminando a la cocina.

-Espera -exclama. -¿No quieres que prepare el desayuno? - me pregunta.

-No gracias, -le respondo -creo que hoy solo tomare algo instantaneo.