MI LIBRO DE IDEAS (DE CIENCIA FICCION)

DISCUSION DE DIOSES #1 (POSIBLE SPOILER)

El Himalaya retumbó, resonó con un poderoso estruendo en su punta más alta a ocho kilómetros sobre el suelo.
Ahí se encontraba S, quien se había estrellado en la montaña a causa de sus graves heridas que no le permitían desplazarse correctamente.

La piedra y la nieve del pico nevado se tintaron de un morado profundo a su alrededor. Era su ser, fluyendo por la dificultad de mantenerlo unido, no le quedaban energías para ello. Trataba con todas sus fuerzas pero parecía que nada servía. Solo espero... Espero a que su ser terminara de fluir por el Everest para desaparecer por siempre de la existencia que tanto le dolía poseer... Cerro los ojos y espero la oscuridad...

-Al fin! Si!! Maldición si!! Ya era tu hora monstruo infeliz!!

S abrió los ojos al escuchar la voz de una mujer. Con su mirada la buscaba por su alrededor, más no veía nada más que cielo y nubes.

-Quien... Es?...- pregunto S sin fuerzas.
-Al fin estás muriendo! Awww que pena sin duda te extrañaremos... Maldito genocida narcisista!- le contesto la mujer.
-Quien... Eres?- volvió a preguntar.
-Callate- exclamó la mujer -y muere de una vez. Deja de gastar este espacio sagrado con tu patética existencia sin sentido y muere ya.
-Que molesta eres...- exclamó S -dejame en paz...
-Asi que el protector de mundos quiere paz y amor en sus últimos momentos? - contesto la mujer con burla -quieres la paz que le diste a las miles de especies que asesinaste con tus manos? A las que les arrebataste sus planetas? Sus vidas?

S no tenía idea de que pasaba, seguía observando con atención todo a su alrededor pero no veía de dónde provenía la voz que escuchaba, parecía venir de todos lados.

-... Estas en mi mente...
-Ohhh sin duda eres todo un detective, que lastima que eso no te salvó de Max y su equipo.- exclamó con burla.
-... Max...
-Debe ser humillante ser tu, un ser que se hace llamar el salvador de mundos, siendo vencido por unos simples hu-...
-Callate ya!- grito

Al momento una onda expansiva proveniente de los restos de su ser viscoso golpeó el pico del Himalaya.

-Oh rayos- exclamó la voz -... Ja ja ja ja esto es divertidísimo, verte hacer una escena sin duda es satisfactorio.
-Quien demonios eres?- pregunto S muy molesto a la voz- Que quieres?
-Verte sufrir como lo han hecho los millones que has matado.- impuso -Las millones de familias, niños, mis hijos.
-Hijos? -pregunto S -Que eres una madre? Eres Dios o algo así? Vienes a dejar caer toda tu furia sobre mi ser en... alguna especie de castigo divino?- pregunto S de forma irónica.
-Lo estás entendiendo, he venido a terminar un ciclo de vida más, el tuyo.
-Que podrás hacer contra mi? Tu... supuesto Dios, si no hiciste nada cuando aniquile todos esos planetas a lo largo de esta galaxia.
-Suficiente! Que falta de respeto!

La discusión estaba tomando vuelo entre ambos seres, dos Dioses peleando en distintos planos de la existencia.
S parecía olvidar su estado, cegado por la furia de sus palabras el fluido aceitoso que conformaba su ser empezaba a fluir nuevamente hacia el.

-Falta de respeto!? Que sabrás tu de respeto!? Yo he librado a la galaxia de incontables civilizaciones cancerígenas y mugrientas, las he librado de su pena y su dolor que les causaba su inexistente Dios, y el dolor que causarían. Si realmente eres Dios, la creadora de todo lo que existe, dime dónde carajos estaba su culo divino cuando lo hice!??
-Como osas tu animal insignificante mencionar mi culo!!? No eres ningún salvador, no eres la medicina de esta galaxia tu eres la enfermedad!
-Si todo eso es verdad entonces mátame carajo! Termina con todo y deja de postergar el dolor que está causando mi presencia aquí!!

S voltea y en un segundo golpea la pared de piedra a su espalda, partiendola en pedazos y peñascos.

-...
-Carajo dónde estás!?
-Deja de intentar buscarme, no eres digno de ver mi presencia.
-Que no dices?

S sigue moviéndose a una vertiginosa velocidad por el pico, golpeando las piedras y haciendo añicos el punto más alto del planeta.

-Maldicion para ya quieres??- exclama la mujer -Que haces??
-Sal de mi mente ahora!- le ordena S a la voz. -No me importa que seas Dios, no tienes poder contra mi, te mataré como lo hice con todos los estorbos que me he encontrado.

S para un momento, se detiene sobre las piedras que quedan en pie de la punta del Everest y mira hacia abajo.

-Ahora que tienes?...- pregunta la voz muy extrañada.
-Je... Je je...
-Que ha-...

S no deja terminar a la voz cuando se abalanza hacia ella y en un milisegundo le da un contundente golpe a su ser. S podía ver a la presencia extraña.

-Que demonios!! -grita la voz asustada.
-Te dije que salieras de mi puta mente!!

S no le da tiempo de pensar a la mujer cuando emprende vuelo hacia ella, decidido a aniquilarla. La mujer abre sus alas brillantes y emprende vuelo igualmente. No parece más rápida, pero sin embargo S no era capaz de alcanzarla.

-Para ya desgraciado. Te aniquilare ahora mismo entonces.
-Oh no ahora no escaparas perra! -grita S furioso mientras vuela a gran velocidad directo a ella.
-Ay! -exclama la mujer mientras esquiva los ataques de S.

S y la mujer se detienen abruptamente, quedándose inertes, inmóviles sobre el espacio negro en el que estaban existiendo. S entonces se para y camina hacia la mujer.

-Porque... Porque no puedo moverme?... Que estás haciendo?? Como?? -pregunto la mujer agitada.
-Ya entendí todo. Verás, no debiste tomarme a la ligera, no soy cualquier alienígena o conquistador de mundos. Soy. Un. Puto. Dios... Y este mi santuario, mi mente. Tu grave error fue no matarme cuando estaba moribundo en esa nieve, ahora... Yo tengo el control!! Soy tu Dios ahora!! Tu jodido genocida narcisista tiene ahora el poder de asesinarte si lo desea!! Ruega por tu vida y pide perdón perra. Ruega por clemencia así como los miles que mate!!

S tenía ahora el control de la situación. Con la mujer yaciendo en el vacío, siendo observada por S en todos los ángulos imaginables. Había ganado la batalla.

-No sabes lo que estás haciendo S. No puedes matarme.
-Oh claro que puedo y eso haré, Diosa Maat.
-...
-Asi te llaman los humanos correcto?
-Correcto.
-He visto muchos jeroglíficos tuyos en las pirámides, debo decir que eres más hermosa en persona.
-Los dioses te castigarán por tus pecados, arderas eternamente en las llamas del Duat si no cesas ahora mismo!!
-Callate -le ordena S -Entonces tu eres la que se cogió a Khalid y le dió tantos superpoderes no?
-Anubis jamás descansará hasta que cada partícula de tu ser sea consumida en tu castigo eterno.
-Que creias? Que lograrían matarme si les daban a ellos gracias divinas? Que lograrían destruirme y salvar al planeta? Que injenuos son tu y tus dioses Maat.
-No vale la pena matarme, ni siquiera estoy contigo, estoy muy tranquila y relajada en mi palacio existencial en el plano más alto de la creación.
-Je je, por supuesto que estás aquí, fuiste muy estúpida al venir aquí tu misma en persona... Le mandaré tus saludos a Khalid.

Entonces el brazo de S se convierte a una forma delgada y alargada, a la forma de una aguja la cual atraviesa el pecho de Maat, perforando su existencia y su esencia, saliendo por el otro lado sin ninguna dificultad o freno.
La Diosa Maat no emite ninguna clase de sonido o grito, observa directamente los ojos de S, mirando más allá de su horizonte rojo, a la infinidad y vacío de su ser. S siente su presencia corrompiendo su mente, pero continua con su ejecución.

-No tienes mente... Ese montón de robots y señales eléctricas que llamas estar vivo, no es existir... No es pensar... Es un simple vacío que asemeja estar vivo... Te has puesto un propósito porque no podías soportar el estar vivo sin razon... Así que te has dado una, el salvador de mundos... Tan narcisista que parece humano... Pero no eres y jamás serás algo importante, no mereces reconocimiento ni amor, eres un fallo en la realidad que debe ser borrado.

S entonces despierta en la punta del Everest, enterrado bajo capas de nieve y piedra. Ve a su ser salir de la nieve, y el mismo sacudiéndose la nieve. Ha ganado, y huye victorioso emprendiendo vuelo, dejando tras de si los restos de si mismo teñidos en la nieve.