Capítulo 23

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Hermione se arrepentía de no haber asistido a clases de natación cuando era pequeña. No sabía nadar, ni flotar, ni siquiera podía mantener la respiración bajo el agua.

Sacudió los brazos y las piernas, tratando de nadar hacia la superficie, pero cada vez se hundía más en las profundidades. Trato de gritar, pero lo único que logro fue tragar más agua.
¡Por Merlín, que alguien me ayude! Pensó internamente, con desesperación y miedo.
En ese momento, Hermione sintió que una mano se aferraba fuertemente a su brazo y tiraba de ella hacia arriba. Unos segundos después, se hallaba en la superficie.
-Maldita sea, Granger -dijo una voz, que ella conocía perfectamente bien.
Draco Malfoy la sostenía con dificultad, mientras flotaba en el agua. Hermione se encontraba aferrada a él como si su vida dependiera de ello. A la mierda con mi dignidad, pensó.
-¿Estás bien? -le pregunto Draco, con tono preocupado. ¿Desde cuándo a Draco le interesaba si ella estaba bien o no? O mejor aún, ¿desde cuándo se lanzaba a piscinas de cinco metros para rescatar sangres sucias?
-C-creo que s-si -balbuceo Hermione, temblando de frio.
Draco la arrastro hacia la parte baja de la piscina, en donde Hermione podía hacer pie. Salieron por la escalerita y se enfrentaron a una enorme multitud de personas, que los miraban sorprendidos.
-¿Por qué la ayudaste, Draco? -pregunto una voz.
-¡Es una sangre sucia! Tendrías que haberla dejado morir -dijo otra.

-No habría sido una gran pérdida.

Hermione se hallaba demasiado shockeada como para prestarle atención a aquellos comentarios ofensivos. Todavía no comprendía porque Draco la había salvado. Ella era una sangre sucia, una insufrible sabelotodo. ¿Por qué se había arrojado al agua para rescatarla, si la "detestaba"?
-Pues, aunque sea una impura, hay que admitir que esta buena -dijo un chico que Hermione no conocía, mirándola de arriba abajo.
Draco lo fulmino con mala cara.
-Apártense de mi camino -ordeno, abriéndose paso entre la multitud. Hermione se apresuro a seguirlo, algo avergonzado por el comentario del chico.

Se dirigieron nuevamente a la mansión de Pansy. Ambos estaban empapados de pies a cabeza, tenían la piel grisácea y los labios azules. Draco murmuro un hechizo para secarse a sí mismo y luego lo repitió con Hermione.

-Malfoy... -llamo Hermione.
-Que.
-Eh... gracias por... por salvarme -dijo Hermione, evitando mirarlo. Nunca en su vida habría imaginado que terminaría pidiéndole perdón a Draco Malfoy.
El rubio hizo una mueca, y no respondió. Parecía molesto.

-¿Por qué lo hiciste? -pregunto la castaña, sin poder contenerse.

-Estoy borracho, Granger, no sabía lo que hacía. Si hubiera estado sobrio, créeme que habría dejado que te ahogues, e incluso habría contemplado el espectáculo -aseguro.
Hermione tuvo que reprimir una sonrisa. Había pasado suficiente tiempo con Draco como para saber distinguir cuando mentía y cuando no. Y en ese momento, estaba mintiendo.
-Aja, claro -respondió la castaña, escéptica.
Draco hizo una mueca de dolor y se sujeto la cabeza con ambas manos.
-¿Estas bien? -pregunto Hermione, acercándose a el.
-Oh, si, claro que estoy bien, Granger. Me duele la cabeza, estoy borracho, tuve que lanzarme a una piscina para rescatarte, estuve al borde de morir de hipotermia, y mi reputación esta arruinada. ¿Por qué debería estar mal? -ironizo.
-Solo era una pregunta, no hace falta que me hables de esa forma -respondió, dolida-. ¿Necesitas algo? ¿Quieres que llame a alguien?
-Lo único que quiero es que cierres el pico de una buena vez.
La castaña lo miro, ofendida.
-Eres un imbécil. ¡Solo estoy tratando de ayudarte!
-¿Por qué no vas con Nott? Debe estar esperándote -dijo Draco, con sarcasmo, descubriéndose el rostro y mirándola con rencor.
Hermione apretó los puños
-¿Qué tiene que ver Theodore en todo esto?
-Le interesas -dijo, con evidente rencor-, es obvio.
-¿Y si fuera así, cual es el problema?
Draco sonrió de lado.
-El problema, Granger, es que eres mía. Y no voy a dejar que ningún imbécil se acerque a ti, ¿comprendes? -dijo, modulando con lentitud, como si ella fuese una retrasada mental.
-¡Estoy harta de que digas eso! No soy tuya, Malfoy, no soy de nadie -Hermione estaba harta de explicarle a Draco que ella no era un maldito objeto.
-No me importa lo que digas. No vas a acercarte a Nott.
-¿Y si quiero acercarme a él, quien me lo va a impedir? ¿Tu? -la castaña lo miro con incredulidad.
Draco la miro como si, de la nada, le hubiese surgido otra cabeza.
-¿Te gusta Nott? -pregunto con la voz ahogada.
-¿Qué? No, claro que no -respondió Hermione.
Draco soltó todo el aire que había estado conteniendo, pero su ceño fruncido no se aligero. 

-Más te vale.
En ese momento, Blaise Zabini ingreso a la mansión, interrumpiendo la charla. Sonreía de oreja a oreja.
-Granger, admiro tu asombrosa habilidad de arruinar todas las fiestas a las que asistes -comento Blaise, acercándose a ellos.
Hermione frunció el seño.
-Fue culpa de Malfoy, el me empujo -se defendió la castaña.
-¿Y así me agradeces que te haya salvado? -pregunto Draco, ofendido.
Hermione se encogió de hombros.
-¿Granger, quien te dio permiso para ponerte un vestido tan corto? -pregunto Blaise, observándola con reproche-. ¡Draco, estas pervirtiendo a nuestra niña! No es que me queje, de todas formas, resalta tus atributos -al decir esto, clavo la vista en su pecho.
Draco tosió para tratar de ocultar una carcajada.
-Lo que me recuerda, Granger -continuo Blaise-, nosotros teníamos algo pendiente, ¿no es así?
-Lo único que me quedo pendiente contigo, Zabini, es un par de golpes -dijo la castaña, alzando una ceja.
Blaise no pudo evitar reír entre dientes.
-Veo que sigues tan difícil como siempre, Granger.
-Conmigo no -comento Draco, sonriendo orgulloso.
Hermione estaba a punto de responder, cuando entonces una cuarta persona ingreso en la mansión. Era Theodore Nott.
-Excelente, ahora estamos todos los admiradores de Granger reunidos en un mismo salón -dijo Blaise-. Podríamos fundar un club, llamado "Hermione Granger, la sangre sucia de curvas infartantes" -bromeo.

Ni Draco, ni Theodore parecieron encontrar gracioso el comentario. Estaban muy ocupados mirándose intensamente, de la misma manera que un depredador ve a su presa antes de atacar. 
-Hermione, ¿puedo hablar contigo a solas? -pregunto Theodore, haciendo énfasis en las últimas palabras.

-No, no puedes -dijo inmediatamente Draco.
-Claro -accedió Hermione, caminando hacia el moreno, pero Draco la detuvo por el brazo.
-Dije que no -repitió, molesto.
-¿Quién te crees que eres para decidir por ella? -pregunto Theodore, enfadado.


-Te recuerdo que ella es mi prisionera -dijo Draco, entre dientes. 

-Suéltame, Malfoy -ordeno Hermione. Lo último que quería era que comenzaran otra pelea, en medio del salón de Pansy- Solo serán unos minutos. 

Draco, tras mirarla unos instantes, la soltó de mala gana, y sin quitar sus ojos de Theodore dijo: 

-Ten cuidado, Nott. 
Theodore y Hermione se dirigieron a la cocina de la mansión, la cual se encontraba desierta, para poder tener privacidad.

-¿De que querías hablar, Theodore? -pregunto Hermione.
-¿Hay algo entre Malfoy y tú? -pregunto el moreno, sentándose cómodamente sobre la mesa.
-¿Qué? ¡No, por supuesto que no! -exclamo, horrorizada. La posibilidad de que existiera algo entre ella y Malfoy la aterraba. Es decir, solo se besaban de vez en cuando, pero no se querían ni tenían ningún tipo de relación amorosa. Simplemente, eran dos enemigos mortales que se besaban. Nada fuera de lo común.
Theodore asintió, más tranquilo.

-¿Para eso me llamaste? -pregunto la castaña.

-No, en realidad es por otra cosa... quiero hacerte una proposición.
Hermione alzo ambas cejas, con curiosidad.
-¿Qué proposición? -pregunto.
-Estaba pensando que... ahora que no estás encadenada a Malfoy... quizás tu... no tienes que hacerlo si no quieres... pero estaba pensando en que...

-Relájate y dilo, Theodore.

-¿Te gustaría quedarte en mi mansión? -pregunto con rapidez, algo avergonzado.
Los ojos de Hermione se abrieron tanto que casi salieron de sus orbitas. ¿Le estaba proponiendo huir con él? ¿Estaba hablando enserio? La idea era totalmente descabellada.
-Mi papa es mortifago -continuo Theodore-. Por lo cual, es exactamente lo mismo que estés en mi casa o en la de Malfoy. La única diferencia, es que yo te cuidare y tratare mejor -sonrió.

Hermione lo pensó por un momento. Tanto en la mansión Malfoy como en la mansión Nott estaría "secuestrada", pero estaba segura de que Theodore sería más amable con ella.

Por un momento, pensó en Draco. ¿Hacer esto no seria algo así como "abandonarlo"? Aunque le doliera, sabía que era lo mejor. Su relación no era sana, si seguían en aquel camino, probablemente ella terminaría enamorándose. Por lo cual, convenía que se alejaran.
Trato de imaginarse su reacción cuando se enterara que, a partir de ahora, estaría viviendo en la mansión Nott. Probablemente estallaría de ira, pero no podría hacer nada al respecto.
-Tengo una biblioteca enorme -agrego Theodore, sonriendo burlón.
-¿Estas tratando de sobornarme? -pregunto Hermione, divertida.

-Algo así.

-Pues lo lograste. Acepto.

Serás mía, GrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora