Katsuki nunca quizo hacerle daño, más su reputación se le era importante, asi que no tuvo mejor idea que dejar al pecoso hacer lo que el quisiera, con tal de optener su perdon y quien sabe... Algo más.
Izuku nunca tuvo resentimiento hacia katsuki...
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— Hey, ¡Kacchan! — con la mayor delicadeza posible, movió de un lado al otro al rubio, buscando que este despierte —vamooos~, despierta...
— Mmnnm... — Katsuki se removió en la cama, buscando ocultar su rostro del molesto sol, y del molestoso pecoso — Ya... C-calla... De- Mnmn!.
— Oooh~... Vamos a llegar tarde si no te levantas — como si se tratara de una almohada, Izuku alzó al rubio de la cama.
— ¡Que mierda! Ah!, D-deku — debido al repentino movimiento, sintió que todo a su alrededor daba vueltas, dando la sensación de que en cualquier momento se iba a caer — idiota nos vamos a caer!.
— Eeeh~, pero si eres liviano — ¿o yo me hice mas fuerte?, Naa.
— ¡Y una mierda! Y-yo... Yo no soy tan delgado... — hablo, tratando de bajar de los brazos del pecoso, ya que la sensación de mareo había disminuido.
— Si, claaaro.
Cuando llegaron al baño, Izuku decidió por fin bajarlo. Ahí le paso una toalla y uno de sus uniformes, ya que Katsuki no tenía un cambio de ropa.
— Te estaré esperado abajo, cualquier cosa me llamas — salió del baño tranquilo, por alguna razón, sentía que sería un buen día.
— Ok... — en cambio Katsuki sentía lo contrario.
[...]
Las miradas estaban sobre los dos. A uno realmente no le importaba, estaba acostumbrado. El otro estaba nervioso, si, antes era el centro de atención, pero no este tipo de atención.
— Deku... Nos están mirando mucho... — se encogió de hombros, pegándose más al peliverde que se encontraba a su lado.
— Hey, mírame — decidió dejar de caminar, ver de esa manera a Katsuki, lo hizo sentir un poquito mal. — esto es mi culpa, no tuya. Ve al salón... Yo iré a hacer algo ¿esta bien?.
— Pero-
— Dije que vayas al salón, ahora.
— Bien...
Katsuki comenzó a caminar aún con la cabeza agachada, no estaba acostumbrado a ese tipo de miradas y murmullos. Por otro lado Izuku se quedó quieto, esperando a que el rubio desapareciera. Una vez no lo vio, se encaminó hacia uno de los grupos de chicos que hablaban sobre el y su rubio.
— Heey~ — con un semblante sereno, mirada tranquila, y agradable sonrisa. Posó su mano en el hombro de uno de los chicos, llamando así la atención de todos — me di cuenta que estuvieron hablando de mi Kacchan todo este tiempo... ¿Se puede saber de que hablaban? — terminó la última frase en un tono más serio, cambiando su mirada a una más sombría, intimidante.
