Katsuki nunca quizo hacerle daño, más su reputación se le era importante, asi que no tuvo mejor idea que dejar al pecoso hacer lo que el quisiera, con tal de optener su perdon y quien sabe... Algo más.
Izuku nunca tuvo resentimiento hacia katsuki...
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Izuku llegaba agotado a clases, no durmió lo suficiente. Claro, las pesadilla de los constantes abusos que recibía lo atormentaban.
Cuando entró al gran salón trató de poner su mejor cara, claro está que no lo logró.
Los primeros en recibirlo fueron los amigos del rubio, sus segundos abusadores, aunque ellos eran sólo extras a su parecer, oh, eso fue muy Bakugou Katsuki de su parte.
X: Vaya, pero mira nada más esa cara hecha mierda — habló entre risas, se oía ridículo.
X2: ¿Sabias que katsuki volvió?— preguntó sonriendo perversamente.
— claro que lo sé, yo mismo lo saque de su cueva — pensó irritado — ¿de verdad?, estoy feliz de que kat- kacchan se haya mejorado — trataba de sonreír, pero una mueca de asco se formó inconscientemente en su rostro.
X2: Ew, ¿Quién demonios se preocupa por su abusador? — se cruza de brazos — sin duda eres un rarito...
X: Es deku después de todo.
Toda la clase empezó a reírse debido al comentario —sus mentes son tan simples que se ríen por un mal chiste — pensó mientras pasaba de largo, queriendo llegar rápido a su pupitre para tomar un pequeño descanso.
X: Hey!, ¡No nos ignores maldito deku! — grito jalando de su amarrilla mochila, provocando que cayera en seco al suelo.
X2: Te falta recibir la dulce bienvenida de kat~su~ki~ — canturreo el pelinegro.
El pecoso se quedó sentando esperando a que su "amigo de infancia" le diera su dulce y cálida bienvenida. Estaba harto, ya no aguanta seguir con esa absurda farsa, y perdonar al rubio con un simple beso — sus besos se vuelven algo aburridos...
— Hey... Deku — se acerca de manera peligrosa, ignorando los murmullos a su alrededor — ¿no te da gusto volver a verme? — preguntó haciendo algunas explosiones en su mano.
— Oh... Si, claro — desvía la miraba hacia la ventana, en donde se podía ver algunos pájaros volar libremente.
— ¡Tsk!, No me ignores estúpido deku!
El rubio estaba a punto de lanzarle una explosión en su rostro, pero se detuvo cuando escucho la voz del pecoso.
— No te estoy ignorando, no necesito mirarte a los ojos para escucharte — voltea para mirar al rubio — si lo haces ya no habrá otra oportunidad, y te dejaré de lado tal y como lo hago con cualquiera que me llegue a aburrir...
