¿Crees en el Destino?

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Las siguientes semanas desde que iniciaron su relación no fueron tan sencillas como hubieran querido o deseado, después de todo, decidieron mantener su relación en secreto, al menos por un tiempo, hasta saber cómo lidiarían con cualquiera que intentara causar algún estrago.

Pero los rumores que corrían por las calles de Gotham eran ciertos, eran pareja, y no sabían cómo ocultar sus sentimientos por el otro, cualquiera que pudiera ver sabía que había algo entre ellos, cual era, entonces, el punto de mantener su relación secreta.

Edward no lograba entender por que Oswald seguía empeñándose en ocultarle al mundo lo que había entre ellos, no tenía sentido si ya todo el mundo lo sospechaba, ¿para qué ocultarse? No lograba entender el miedo que sentía Oswald al saber que podrían hacerle algo solo para obtener ventaja sobre él, al estar consciente de que muchos serían capaces de herirlo solo con el fin de debilitarlo, no entendía el terror que le provocaba imaginar que sus enemigos usaran el amor que sentía en su contra una vez más, el miedo que tenía de perderlo.

No lo entendía, ¿Cómo lo haría si no estaba en su posición? lo llenaba la incertidumbre ¿acaso Oswald no lo amaba como decía hacerlo? ¿acaso era todo solo una mentira? ¿era tal vez que ya no estaba seguro de lo que sentía? ¿o tal vez al obtener lo que quería, simplemente, se aburrió?

El dolor que se provocaba con sus propios pensamientos, era indescriptible, no lograba soportarlo, estaba asumiendo todo aquello y sabía que eran sus inseguridades hablando por él, que todo aquello que lo atormentaba eran solo sus miedos, pero los tenía, y ese era el punto, estaba inseguro por una situación en la que él desconocía razones, por una situación que Oswald aún no se animaba a compartir.

Estaba consciente de que su única solución era confrontarlo, no podía guardar todo aquello para sí mismo, seguir ocultándose comenzaba a ser molesto, y nunca fueron buenos en ello de todas formas, pero si ya todo el mundo lo sabía, o al menos lo suponía ¿por qué no hacerlo oficial de una vez por todas? ¿por qué deberían seguir a escondidas? ¿por qué ocultar su amor ante las miradas curiosas de los ciudadanos que ya suponían la verdadera naturaleza de su relación? Ambos habían escuchado los rumores, ambos sabían que era un secreto a voces, ambos sabían que todos hablaban de su relación, y ambos sabían que la mayoría de comentarios eran de apoyo, y él sabía que confirmar aquella relación incluso haría que las personas vieran a Oswald como más que solo una autoridad o un hombre tenaz, haría que lo vieran como alguien más humano, alguien en contacto con sus emociones, sin mencionar que los liberaría del estrés extra que tenían que soportar en sus fallidos intentos por ocultarlo.

Se encontraba frente a la puerta de su oficina, inmóvil, pensando en la mejor forma de abordar el tema, sin estar seguro de cómo iniciar aquella conversación, sabía que Oswald se escudaría con el hecho de que alguno de sus enemigos lo usaría para tomar ventaja sobre él, y estaba consciente de que aquello era una posibilidad, pero era un riesgo que estaba dispuesto a correr, además en ese tiempo ningún potencial enemigo había intentado tomar cartas en el asunto, y la verdad es que había sido así incluso desde antes de que iniciaran su relación. Le temían, y para este punto, él ya debería saberlo. El pomo de la puerta era frío ante su tacto, y antes de saber que decir siquiera, lo giró. Vio a su avecilla frente al escritorio de madera sobre una acolchada silla que denotaba su posición, era el rey de Gotham en todos los sentidos posibles. Lo vio asomarse levemente desde detrás de una pila de papeles, mismos que había llevado para que revisara y supiera que curso tomar con respecto a varios proyectos, sonriéndole al momento en que sus miradas se encontraron.

- ¡Ed!- su rostro se iluminaba solo con verlo, sus ojos mostraban un brillo que no se producía con absolutamente nada más, la sonrisa que formaban sus labios era la muestra de la más pura felicidad, tan sincera e inocente, era consciente de todo aquello, y aun así se atrevía a dudar del amor que el pelinegro sentía por él.

Corre Hacia ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora