♎ CONSIGLIO ♎

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Mis ojos podían ver a través de aquello que parecía un líquido transparente como el agua pero más espeso. Lo mismo pasaba con mi respiración, aunque estuviera sumergido en aquello podía respirar sin problema alguno.

Había cientos de cosas ilógicas y miles de preguntas que se podían hacer hasta que me volviera totalmente loco de la desesperación.

Pero eso no me estaba sucediendo a mí.

Mi mirada y mi cerebro ignoraron todas esas incoherencias y se centraron en lo que parecía una cápsula gigante.

Allí daba la sensación contener el mismo líquido viscoso en el cual me encontraba. Pero no solo era eso.

En su interior se hallaba un chico que aparentaba tener mi misma edad totalmente desnudo viendome y inspeccionandome con curiosidad.

Igual que yo.

Puse una mano en el vidrio de lo que fuera que me mantuviera encerrado y mi contrario hizo lo mismo desde su prisión acuática.

Y mi cerebro se nubló mientras mi mirada no se despegaba de la suya.

—¿Quien…?

Nuestras bocas se movieron, pero no podía escucharlo.

Finalmente respire hondo como si me ahogara y me senté de golpe en la cama.

—¿...eres tú? —pregunte innecesariamente

Llevé mis manos a la cara y empecé a refregarmela con fuerza.

—Ese sueño de nuevo —exclamé cansado

Al principio no le había dado tanta importancia y solo lo ignoraba como cualquier otro simple sueño, pero al tenerlo tantas veces, esto se empezó a volver preocupante.

¿Quién es él?¿cual es su nombre?¿de dónde viene?¿qué hacíamos en un lugar tan extraño?¿qué diablos era ese líquido?

Lo único de lo que estaba seguro era que la primera vez que vi a aquel chico pelirrojo de ojos claros y piel brillante fue en mis sueños. Estoy seguro que nunca lo vi en mi vida diaria.

Pero si nunca lo ví en la vida real… ¿porque siento que lo conozco de toda la vida?

Pase finalmente mi mano a la frente para masajearla y cerrando mis ojos me di un bofetazo mental para dejar de pensar en tal estupidez.

—Debo ir al colegio o llegaré tarde

Me levanté de la cama y me preparé para finalmente bajar a desayunar.

—Buenos días

—Al fín bajas, pensé que tendría que irte a buscar

—Lo siento, solo tuve un mal dormir

—¿Otra vez?

Yo tan solo asentí con la cabeza.

—Eso pasa porque estas todo el día en casa

—Estoy por ir al colegio

—Lucas, sabes muy bien a lo que me refiero —manifestó mientras guardaba una taza en la alacena—, debes hacer más ejercicio —cierró la alacena y susurró algo—. Agradece que heredaste el don de tu padre que te permite comer y comer, y nunca engordar

—Como sea

Tan solo ignoré los comentarios matutinos de mi madre y me centré en el desayuno para al fin poder ir al colegio.

MINUTOS MÁS TARDE

—¡Me voy!

Cerré la puerta detrás mío y empecé la misma caminata de todos los días por aquella gran calle que iban la mayoría de mis compañeros de clase.

SENZAI [Historias Cortas BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora