Los deportes son caprichosos del mismo modo que el amor: un día las puertas de un deporte se cierran y aunque la angustia y la impotencia te reine, puedes volver a encontrarte con otro que te maraville del mismo modo o más que el anterior.
Darse por vencido es no ver más allá de aquello que te reprime, y yo pude verlo… gracias a tí.
Fue hace ya un año, que gracias a tí, pude volver a volar, o mejor dicho… a nadar.
HACE UN AÑO ATRAS
Me cortaron las alas. Me acribillaron contra el suelo. Me prohibieron volver a mirar hacia arriba.
Me prohibieron volar.
El salto con garrocha fue lo único que verdaderamente fue mío. Nadie podía alcanzarme en aquellas alturas, nadie llegaba allí para lastimarme como lo hacían en la superficie. En el cielo era libre como una gaviota que se eleva para no ser alcanzada por sus depredadores terrestres. En el cielo podía escapar, huir, encontrar seguridad… Pero ya no.
Era el momento por el cual me había preparado toda mi vida, podía sentir la victoria en mi venas, el viento acariciando cada parte de mi piel y el cielo celeste cada vez más cerca de mí, y más, y más cerca aún.
Frente a ciento de aficionados, mi garrocha se quebró y el cielo se alejó con tal lentitud como si se despidiera de mí.
Aún recuerdo lo que dijo aquel médico que revisó y curó mis heridas: "La quebradura y el esguince en tus piernas es cosa seria, me temo que los saltos en garrocha no solucionaran nada… tendrás que dejarlo"
Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo… Dejarlo...
¿Dejar mi libertad?
Ya han pasado cuatro meses y dos semanas desde que se me arrebató la celeste libertad.
Aún seguía escupiendo sangre mientras me dirigía a casa adolorido por los moretones estrenados que coloreaban el cuerpo con manchas violetas y café.
Me dolía cada paso, pero si quería llegar antes de que mi madre entrara a la casa debía avanzar y avanzar. No había otra forma.
Lo que daría por un vaso de agua —me dije queriendo sacar de mi boca aquel agua sucia de retrete que hoy casi jure que me ahogaría.
No obstante, como si el destino me hubiese escuchado o me estuviera jodiendo, un ruido de algo cayendo en el agua se escuchó a mi alrededor.
Este ruido se vio seguido por varias voces animadas que parecían decir diversos nombres y pronunciar halagos motivadores dirigidos al parecer a los dueños de tales nombres.
Club De Natación Villa Luz —leí en el cartel que daba a la entrada.
En ese momento no se si fue por curiosidad o por mis ganas de al menos ver agua medianamente limpia, pero me adentré en aquel lugar.
Pase por la recepción poco concurrida bastante rápido para que nadie me preguntara por mis heridas o me detuviera por cualquier otra cosa y terminé traspasando otras puertas que me dieron paso a un lugar con un aire muchísimo más cálido y pesado que el exterior. Podía sentir cómo con tan solo estar ahí, mi abrigo empezaba a hacerme transpirar y una sensación de ahogo me dominaba.
Pero cuando estaba a punto de quitarme la primera prenda de abrigo, el sonido de algo chocando con el agua volvió a escucharse y captó mi total atención.
El agua se movía a todas direcciones pero nunca hacia delante en donde sobresalian los cuerpos de aquellos chicos que luchaban por llevar la delantera.
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SENZAI [Historias Cortas BL]
RandomDiversas historias Cortas donde el amor se pinta en un lienzo multicolor y los sentimientos no varían tras el paso de las estaciones. "Al final lo que importa es lo que tu sientes, no lo que digan tus padres, lo que te diga tu ídolo o lo que diga el...