♊ EL CAMPAMENTO (P1) ♊

36 4 0
                                    

¡ATENCIÓN!
ESTA HISTORIA ES LA MÁS LARGA POR LO TANTO LO SUBIRÉ POR PARTES. DISCULPEN LAS MOLESTIAS.

(1/4)

Los ojos me pesaban dejando entender que el sueño intentaba dominar mi cuerpo que no parecía emitir suficiente resistencia a tal hecho. Aunque sinceramente era el único en ese estado en esa buchilliosa noche.

Bailes, canciones, gritos eufóricos de alegría. En aquel sitio, donde había un gran escenario detrás de aquella calurosa fogata, se podía presenciar aquel hecho el cual muchos llaman “el gran espíritu juvenil” de la forma más sana posible. Y si bien eso era lo que mis padres planearon para mí al obligarme a venir a este ruidoso y típico campamento, realmente no era lo mío.

Lo mio es la ciudad y sus confines repletos de misterios grotescos y atípicos que esperan allí hasta el momento que logre llegar alguien apto para que inspeccione en sus laberintosos e inmensos secretos que están listos para ser descubiertos y ver la luz tras aquella sedienta tormenta que parece nunca acabar.

Pero aunque intentara salirme con la mía con convencimientos hábiles y audaces, esta vez no puede hacerle frente a aquel poder paternal. La verdad era que ellos deseaban que yo tuviera un descanso de aquellos “siniestros” casos y al fin viviera un verano “normal”.

Yo la verdad discrepo de aquella decisión por el simple hecho de que lo normal para mí son los casos junto al cuartel de la ciudad de Villa Luz, junto al comisario Muñoz y sus incompetentes. 

Les he cerrado la boca ciento de veces demostrandoles mis aptitud para resolver casos, pero aun así, por orgullo o ignorancia proveniente de sentimientos infantiles o de mentes retrogradas, mi corta edad de dieciocho años no es suficiente para andar metiendo las narices en casos de asesinato y secuestro. 

No obstante, aunque mis logros son grandes y mi persistencia aún más, no puedo separarme de los casos ya que yo los necesito a ellos y ellos me necesitan a mí. Esto último puede sonar arrogante y no es mi idea ser así, pero si somos sinceros poseo una habilidad, la cual es la única reconocida por aquel comisario de poco temperamento: “la de ser un imán para los casos”

Ante este don la suerte es relativa dependiendo la persona, pero para mí es más que buena suerte, diría que es hasta un don celestial. Aunque no soy idiota y siento que en un posible futuro aquel don puede transformarse en la peor pesadilla.

Por desgracia, aquellas vacaciones “ideales”, como remarcaron mis padres, intentaban aislarme de toda aquella emoción que era la energía que me hacía despertar cada día con buena cara. Un campamento de chicos entre dieciocho y veinticinco años exclusivo para varones ubicado a diez largas horas de mi ciudad natal.

Es frustrante tal hecho, pero me propuse a mantenerme indiferente y tan solo me limite a hacer lo que me dijeran. De este modo, esas “vacaciones” de mi vida cotidiana serían más llevaderas.

Aún así, la suerte no estuvo de mi lado.

Puede ser que sea algo seco y que el plan de mis padres es que al fin consiga amigos de mi edad y deje de estar solo en lugares peligrosos para descubrir la verdad como una ley que yo mismo me impuse, pero es solo que a mí no me interesan esas cosas y en verdad no las necesito ya que puedo valerme por mí mismo.

Pero la vida es dura a veces.

—¿¡Ya te estás durmiendo!? ¡Apenas empieza la fogata! 

Nicolás, un muchacho de diecinueve años, contextura marcada, ojos claros, piel pálida y con cabello teñido de blanco, era uno de los dos más molestos en mi estadía en aquel lugar. Gran elocuente, con personalidad bromista y cargosa, e inoportuno a no más poder. Esas eran algunas de las tantas cosas que lo caracterizaban y lo volvían más tedioso.

SENZAI [Historias Cortas BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora