CAPÍTULO 9: CAPA POR CAPA

128 10 7
                                    

Gracias a EditorialBlueClair por el bello edit que me hicieron.
;)

*
ISABEL.

Keitan me acompañó devuelta a mi habitación, lo cual agradecí porque la verdad me hubiese perdido en esa mansión, y dijo que me arreglara y bajara para la cena. Cerró la puerta y yo me dispuse en sacar, lo que usaría, de la maleta.

Tomé el bañador, de color gris, y un vestido, simple y negro, que llegaba hasta mis rodillas y tenía un escote trasero. Me bañé -había un baño dentro de la habitación- y salí envuelta en la toalla para así vestirme.

Observe mi rostro en el espejo y quise quitarme la gasa solo por la velada, además si debía meterme en la piscina, no quería que se mojara. La deje en el lavamanos y me puse corrector y base para intentar tapar el horrible golpe. Funcionó bastante bien y, cogiendo mi celular, salí de la habitación a medida ataba mi cabello en una cola alta.

Toqué la puerta de Lucas y él salió con pantalones cortos, una camisa negra y el cabello peinado. Me sonrió de inmediato cuando notó que el golpe no se notaba.

—La magia del maquillaje. Ahora entiendo porque a las chicas les gusta tanto —dijo entre lazando su brazo al mío.

Bajamos, con la mirada de los sirvientes sobre nosotros, y los aplausos de Rita, quien nos miraba desde la puerta de la cocina.

—Se ven increíbles —dijo caminando hasta donde estábamos—. Más tú, Isabel. Espera a que Keitan te vea, le dará un infarto.

Lucas le guiño el ojo a Rita quien sonrió de forma cómplice.

¿Es que ahora todos eran unos vendidos?

El timbre sonó y vimos como Keitan bajaba de las escaleras, vestido igual que Lucas, con la única diferencia que su camisa era de un azul oscuro. Pasó su mano por el cabello y mordí mi labio, pensando en lo increíble que se veía.

—Andrés, ¿puedes abrir la puerta? Deben ser Sebastián y... —Su voz se apagó en cuanto alzó su vista. Clavó sus ojos en mí y sentí mis piernas temblar por no sé qué vez en el día.

Lucas me sostuvo, soltando una risilla, a medida Keitan se acerca a más y más hasta donde estábamos.

—Te ves...

—¿Fea? ¿Como todo un fenómeno? —indague yo, tratando de molestarlo.

—Vaya, me leíste la mente —ironizó rodando sus ojos—. No, te ves hermosa.

Una sonrisa cruzó por mi rostro.

—Gracias, también te ves guapo, García.

El grito agudo de Rebeca me hizo girarme, viendo como ella corría hasta mi para abrazarme. Detrás de ella venía su primo, Sebastián, quien sonreía con apremio.

—¿Qué tal, bella Rita? —preguntó él llegando hasta ella.

Rita, quién le sonrió, miró con algo de aprobación al chico.

—Todo bien, Sebastián. Veo que sigues igual de juguetón como siempre. Y trajiste a Rebeca, que alivio. Ella es la única que sabe cómo callarte.

Por lo que veía, al parecer Rebeca y Sebas ya habían venido antes a la mansión García. No me sorprendía, puesto que ellos conocían a Keitan mucho más tiempo que yo.

Era más que obvio que conocerían a Rita.

—Los chicos ya van llegando, señor Keitan —avisó Andrés de pie en la enorme puerta.

¿Caer Yo? Jamás ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora