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Rachel acababa de decir la profecía, Apolo se miraba sumamente emocionado, sin embargo, se alejó de ellos y corrió hasta abrazar con todas sus fuerzas a su querido hijo, el más joven de ellos.

Harry se derritió en el abrazo de su padre, sintiéndose lleno de sentimientos reconfortantes, sintió que monaxiá se calentaba en su dedo medio, y supo que estaba hecha especialmente para él.

Harry se dejó ir por un tiempo, a sabiendas de que su padre lo sostendría mientras caía, sin darse cuenta de que comenzó a llorar.

Las lágrimas eran tan fáciles en esos días y a su vez, eran tan dolorosas. Harry odiaba llorar, pero era tan sencillo desahogarse mientras su padre le decía que lo había hecho bien, que James estaría orgulloso.

Salieron de esa burbuja y se encontró con Lee, quien le daba una suave sonrisa a la escena. Apolo también se encontró dándole un abrazo, y así, incluso Andrómeda había saludado a su padre, que reunión tan emotiva, sin duda. Pero Apolo tenía cosas serias de las cuáles hablar.

—Harry, ahora eres el campeón de Hades, tienes una misión. No te dio ninguna fecha ni nada similar, pero Rachel se encargará de recitar una profecía, lo sabes. Puede que sea la misma que encontraste en el Ministerio, puede que sea diferente. Mantente a salvo, eres fuerte, hijo mío.

Harry asintió.

Y cuando se fue, una vez más, Percy se dirigió hacia Harry.

—Harry...

—Jackson.

Percy lo atrajo a un abrazo, una vez más. Harry se dejó llevar por eso, amaba a Percy, la sensación de tenerlo cerca era buena. Pero se sentía vacío.

—Ven.

Juntos terminaron en el arroyo, Percy lo hizo saltar, lo atrajo a un abrazo por segunda vez ese día, compartieron una burbuja de oxígeno.

Harry sonrió, sintiendo que podría estar junto a Percy para siempre.

Tocar Fondo [HP/PJO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora