Tocar Fondo [HP/PJO]

09

Cuando despertó, estaba en una camilla, el centauro ya no estaba, pero el de cabello color miel, su otro salvador, estaba ahí, cuidándolo con cariño, como si fuese alguien importante en su vida.

No sintió que su cuerpo ardiera cuando "Lee" lo tocó para revisar su temperatura, tampoco se sintió incómodo ante su presencia.

—Hola —dijo con tranquilidad—. Soy Lee Fletcher.

—Soy Harry Potter —dijo Harry, su voz sonaba pastosa y su boca sabía amarga.

—Me tomé la libertad de tomar tus cosas de esa casa, ya no volverás más a ella, te lo prometo.

Harry lo miró con tanta esperanza que a Lee se le rompió el corazón.

—Creo que debes de esperar la sorpresa de esta noche, pero sé que terminarás en la cabaña siete —dijo Lee, dándole una caricia en los cabellos.

***

Harry tomó con fuerza la muñeca de Lee, sintió que su corazón se oprimía mientras más se acercaba al pabellón del comedor, sintió ganas de vomitar, sintió que le palpitaba la cabeza con horror.

—Un nuevo campista, Henry Potts —anunció Dioniso, Harry solo bajó la mirada—. Supongo que los chicos de Herm...

Todos observaron como una lira que brillaba en dorado aparecía sobre la cabeza de Harry, quien alzó la vista con miedo.

Lee le sonrió y lo llevó con él a Harry, sacando de sabrá Merlín el kit de viales que debía de tomar siempre.

—Encontré una nota y logré leer lo que decía —explicó el castaño cenizo—. Tienes que tomarlas para recuperarte de la anemia.

Harry, a simple vista, resaltaba entre los hijos de Apolo, en lugar de piel tostada tenía la piel mortalmente pálida, su cabello no era ni rubio ni castaño cenizo, era de un negro incluso más oscuro de lo que uno se imaginaría, no tenía ni ojos azules ni castaños, eran tan verdes que a algunos les recordaba a los ojos verdes de la momia en el desván.

***

Harry estuvo en reposo a órdenes del médico por lo restante del mes, quizá menos. Solo hacía la tarea y comía cinco comidas, su salud mejoraba y su cuerpo se miraba menos enfermizo, sus mejillas ya tenían color.

Cuando por fin había podido salir de la enfermería, había pedido permiso a Lee oara recorrer el campamento.

Pero no resultó tan bien.

Clarisse decidió que era buen momento para molestarlo, lo vaciló y lo tomó con fuerza de la muñeca, lo llamó rarito, lo llamó fenómeno, Harry gritó a por su hermano mayor, y presa del pánico cuando este no llegaba, sacó su varita, lanzando un Depulso a la muchacha, quien terminó chocando con un chico alto que iba cerca de un Pelinegro y una Rubia.

Harry tuvo varias arcadas y terminó vomitando a un lado de él, su cuerpo tembló y comenzó a pedir disculpas sin parar, aún con su corazón doliendo y su cuerpo tembloroso.

De alguna manera que no entendía, una carta roja llegó y se abrió frente a él, la voz de una mujer llenó sus oídos.

—"Estimado Sr. Potter, el Ministerio ha recibido información que realizó un encantamiento Depulso a las seis y veintitrés de esta tarde en una zona habitada por muggles, y en presencia de muggles... la gravedad de esta infracción del decreto para la moderada limitación de la brujería en menores de edad y el Estatuto Internacional del Secreto Mágico en tierra Estadounidense ha ocasionado su considerable expulsión del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, espere su juicio. Con mis mejores deseos, Mafalda Hopkirk".

La garganta de Harry se secó... ¿considerable expulsión?

Lee llegó a su lado, tomando su pulso y levantando, dándole un fuerte abrazo mientras él y otro de sus hermanos peleaban con Clarisse.

Las personas a su alrededor de la nada comenzaron a gritarle fenómeno, aunque realmente no era eso.

—¡No soy un jodido fenómeno tío Vernon!

El cuerpo de Harry quedó lívido y sus hermanos siguieron peleando por él, mientras que Lee se lo llevaba a la enfermería murmurando que no debió de dejarlo salir.

—¿Qué le ocurrió al chico? —había susurrado el pelinegro.

—Percy, creo que es un nuevo campista —le susurró de vuelta la rubia.

—Es nuestro hermano —dijo una chica rubia que llevaba un arco y un carcaj con flechas de bronce celestial, parecía estar llegando de alguna guardia—. No soy quien para decirlo, pero fue maltratado hasta el punto de tocar fondo y aquello que hizo Clarisse, a pesar de ser alusión a que no encaja en el estereotipo que tenemos los hijos de Apolo, lo hirió de mil formas, machacó con un mortero lo poco que habíamos logrado conseguir de su mejora, lo poco que habíamos avanzado lo acaba de retroceder por esa hija de puta.

Parecía que la chica no se quedaría con las manos cruzadas y, mientras sus hermanos habían insultado y no fue a nada mayor, ella le soltó un puñetazo en la nariz a Clarisse, para después irse a la enfermería.