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Mientras Percy estuvo en Ogigia, la isla donde habitaba Calipso, se dio cuenta de dos cosas.

Número uno: las chicas no le gustaban.

Número dos: tal vez Harry le gustaba.

El hijo de Apolo era un mar de dulzura y problemas emocionales a mismas medidas, pero ver las ligeras sonrisas que este reservaba sólo para él hacía que sintiera a cientos de pegasos revoloteando en su estómago.

Sin embargo... Amar a alguien le daba miedo, porque vamos, tenía apenas casi quince años y el otro trece, además de que su enamorado era emocionalmente inestable y si se confesaba podría causarle una recaída y terminar lastimando al chico.

Dolía, pero si se mantenía al margen podría cuidar mejor de él, como un amigo, esperaba no lastimarlo.

—Harry —dijo, conectando sus ojos con los del más joven.

—¿S-sí?

—¿Te gustaría venir a mi fiesta de cumpleaños?

Tocar Fondo [HP/PJO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora