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Harry y Percy desarrollaron una especie de amistad, Harry se sentía cómodo en presencia de Percy y su hermano había dejado que pasara tiempo con él en la enfermería, además de que Harry le leía la etiqueta mágica cuando no podía levantarse mucho.

—¿No eres zurdo? ¡yo creía eso!

Harry soltó una risita.

—Sí fuese zurdo, sostendría la espada en mi diestra.

A lo lejos, Lee y Amelia observaban la interacción con una sonrisa, parecía que el chico Jackson le hacía bien a su hermano.

Hasta que partió en la misión que le correspondía a Clarisse..

***

Harry había dejado de preguntarse aquella pregunta mientras estaba con Percy y con sus hermanos.

Pero durante aquella noche, la primera que pasaba en la cabaña, le fue inevitable.

¿Hasta dónde puede llegar una persona antes de tocar fondo?

Había unos que asesinaban y ese era considerado su punto de quiebre.

Por otra parte, estaban aquellos que, como él, preferirían acabar con sus vidas y terminar de hundirse en el mar de sus preocupaciones y traumas.

¿Qué ocurriría si se suicidaba?

¿Qué ocurriría si... Los dejaba para siempre?

—No pienses e eso, mi lindo niño —susurró una voz y un cuerpo tibio—.  Tu hilo es aún muy largo, tienes mucho por vivir.

Harry se relajó ante la suave caricia de aquella voz, que comenzaba a cantarle una nana, una nana que escuchó felizmente hasta que se quedó dormido, olvidando así sus anteriores cuestiones, olvidando cada una de sus preocupaciones.

Y Apolo Febo, su padre, sonrió con suficiencia cuando pudo calmar a su hijo y que este pudiera ser arrastrado por Morfeo a un dulce sueño.

—Mi James... Nuestro niño está tan roto —su suave voz tarareante se quebró, pensando en su chico de ojos avellana—. Ese hombre le hizo tanto daño.











***
Ahora si a leer se ha dicho
***

Tocar Fondo [HP/PJO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora