REVELACIONES

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Hay una historia que me gusta de los nórdicos. Una que parece sacada de fantasía.

Es más, o menos así.

Hace mucho tiempo, los dioses nórdicos al crear la existencia crearon un hermoso balance, teniendo al mundo como un enorme y perfecto disco plano. Este disco contenía los 9 mundos equilibrados en las ramas del árbol del mundo, el famoso; Yggdrasil. La historia dice que se trata de un perenne fresno que, además de rezumar miel y mantener el equilibrio del mundo, en su interior cobijaba animales únicos de los cuales, había cierta historia en ellos. A decir verdad, hay muchas criaturas importantes, pero, siento que debemos prestarle mucha atención a los que considero más importantes en esta historia.

Porque es lo que ellos representan.

Se trata de cinco animales importantes en la historia del mundo.

El primero es el águila, un águila sin nombre que vigila los 9 mundos nórdicos, que puede observarlos a su antojo, y sonríe para sí. Un águila con la habilidad de solo con la vista conocer los secretos que todos ocultan y así lograr tener el control de todo. Está águila nunca emitirá un sonido o bajará de su posición. Siempre podrás encontrarla por encima de todos, en las ramas más altas, controlando el balance que el Yggdrasil mantiene en el universo.

Después tenemos al halcón, Veðrfölnir. Este singular halcón negro vive en las ramas medias, teniendo la única habilidad que el águila desearía tener. En sus ojos se encuentran los secretos futuros de los 9 mundos, dónde todo lo que vaya a pasar, él podrá verlo, y así dictar con anticipación el futuro de sus acciones. Claro, una habilidad genial, pero el halcón tiene una debilidad, al observar tanto el futuro, este futuro se vuelve un bucle de dudas, donde la más mínima acción puede cambiar el rumbo de los mundos, haciendo que el halcón viva enjaulado en diferentes futuros en constante movimiento, que solo podrá controlar si su mente esta serena y lista para enfrentarse a su destino. Pero, aun así, con todos los problemas que este salto en el tiempo conlleva, Veðrfölnir, viviendo en ramas más bajas cerca del águila, trata de evitar el conflicto eterno entre el águila sin nombre y el dragón, Niohöggr.

Como tercer miembro importante, tenemos a uno suspicaz y manipulador. Tenemos a la ardilla, Ratatöski. Viviendo en el hueco del Yggdrasil, cuidando y manteniendo al árbol nutrido y con vida, mientras incita la lucha eterna entre el águila sin nombre y el dragón, corriendo a lo largo del árbol, con susurros que controlan los pensamientos, llevándole desdicha y conflicto al dragón, y susurrándole guerra e irrespeto al águila. Logrando con esto, que ambos mantengan sus ojos abiertos, para así evitar que el árbol pierda a dos grandes que mantienen el equilibrio. Ratatöski carga consigo una misión turbia, incitando la lucha para dar un equilibrio al mundo, ya que donde hay paz, siempre tendrá que vivir la guerra, esto con el fin de que el árbol viva con el bien y el mal en perfecta armonía.

Como cuarto animal en esta historia, tenemos al dragón, Niohöggr. Habita en las raíces del árbol, donde se dedica a destruirlas, quemándolas con su fuego negro y azul, alimentándose de la vida que las raíces dejan caer en su último respiro antes de ser incineradas. Todo esto con el fin de alcanzar al águila para asesinarla, pero, al mismo tiempo, con su obsesión por destruir al vigilante de las ramas altas, crea con las cenizas del Yggdrasil un inframundo perfecto. Niohöggr, el dragón conectado por alma a la vida y la muerte, buscando el alma de aquel sin nombre, que en su misma destrucción construye vida en la muerte, donde además de su fuego de tinieblas, tiene la habilidad de manipular la muerte a su antojo.

Por siempre MéxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora